Los 45 puntos que obtuvo el PRO en los comicios cruzan los límites de la Capital Federal y nacionalizan el triunfo

Hubo fiesta macrista en la Costanera

Globos, papeles de colores, mucha música, la presencia del "Mago sin dientes" y de un "aliado" desde el Vaticano fueron parte de la impronta con la que contó el festejo de la primera fuerza porteña.

El pabellón 6 del complejo Costa Salguero celebró cada uno de los 45 puntos que posicionaron ayer a Horacio Rodríguez Larreta y a Diego Santilli como los probables futuros jefe y vicejefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y, más importante aún, esos 45 puntos que destacan al PRO, por tercera gestión consecutiva, como primera fuerza porteña. El ya clásico combo de globos, papeles de colores y música popular se dio cita no bien asomaron los primeros guarismos.

Entre lo novedoso, algunas cuestiones, se destacó el fuerte protagonismo que se llevó Rodríguez Larreta, desde las notas concedidas a los medios durante el día, hasta la gran exposición que tuvo al tomar la palabra en la sede electoral de Costanera norte. Como era esperable, se remarcó también la implementación de la boleta única electrónica -la BUE-; y se hizo particular hincapié en que se trató de la primera elección que no tuvo a Macri a la cabeza de la lista porteña.

En esa línea, se notó un Macri más desacartonado. Sobre todo, se apreció un Macri con discurso presidenciable, instalado en números que lo acompañaron y en una multitud dentro del salón, arengada por Fernando De Andreis, jefe de campaña de Rodríguez Larreta, que daba voz al slogan "olelé, olalá, Mauricio presidente, Horacio en la Ciudad".

A su turno, acompañado por el equipo macrista en pleno, tomó la palabra Rodríguez Larreta: "¡El mago! Qué grande el mago", exclamó el candidato a jefe de Gobierno, en referencia al "Mago sin dientes", presente en el festejo PRO, al igual que una cómica versión criolla del papa Francisco, a modo de cábala.

"Quiero agradecer a los que, tras casi ocho años de trabajo, siguen creyendo en nosotros. También a quienes no nos acompañaron, que nos muestran que siempre se puede mejorar", expresó Rodríguez Larreta.

Y agregó: "Tengo un agradecimiento muy especial a Mauricio Macri, que, estamos todos seguros, va a ser el próximo presidente de todos los argentinos".

TURNO DE MACRI
"Quiero compartir con ustedes que son días especiales para mí. Estoy por terminar ocho años de los más intensos de mi vida", enunció Macri, al hacer uso del micrófono. Y agregó: "Hemos puesto mucha pasión en esta tarea, armando un gran equipo y una agenda que tiene que ver con mejorar la vida de la gente".

"Horacio es la persona indicada", afirmó el presidenciable, con una mirada atenta de su aliada en el camino a la Rosada, Gabriela Michetti, quien no olvidó sonreir. Y prosiguió su elogio: "Estoy absolutamente convencido de que, por lo que sabe, por la pasión que compartimos por el hacer, es así".

"Hay algo mucho más grande que está sucediendo en este momento en toda la Argentina, y es que en cada rincón crece la idea de que el cambio es posible. Y no es, como trata de instalar el actual Gobierno, que plantea un cambio de modelo económico; es mucho más profundo que eso, es un cambio que asegura que ganar una elección no hace a nadie dueño del Estado", apuntó Macri.

Ante un auditorio exultante, el líder del PRO remarcó el miedo que quienes hoy gobiernan pretenden instalar: "El miedo a volver al pasado, pero ellos son el pasado".

Todo fue globos, música popular, y abundante comida para los presentes, incluido el periodismo y el equipo macrista. Básicamente, eran aires de fiesta.

Sin embargo, fue un festejo rápido, expeditivo, con menos incertidumbre que en otros casos. Con un poco más de militancia y menos presencia de ministros. El dato fuerte aludió a que, durante toda la jornada electoral, los reflectores apuntaron a Rodríguez Larreta, afianzado en una gestión que, de posible, pasó a probable; y en un Macri que estuvo en condiciones de nacionalizar el triunfo.