Ingenio, sencillez y alegría

Reeditan las primeras novelas de Christopher Morley. El autor estadounidense contagia su entusiasmo por las letras en "La librería ambulante" y su secuela, "La librería encantada". Su voz alegre y sarcástica, y el cariño con que describe momentos sencillos de la vida, aún hoy resultan refrescantes.

Aunque poco recordado hoy, el estadounidense Christopher Morley fue un autor popular en la primera mitad del siglo pasado y al mismo tiempo un escritor de culto. Sofisticado, ingenioso, su tono alegre y sarcástico, así como su pasión contagiosa por los buenos libros, fueron celebrados entonces con entusiasmo y aún siguen resultando refrescantes.

Morley (1890-1957) nació en Haverford, Pennsylvania, pero se ha visto en sus escritos un estilo propio de los británicos por la cadencia y elegancia de su prosa. Hay quienes señalan que desde joven se inspiró en las novelas románticas y de aventuras británicas de fines del siglo XIX, en especial las historias de Sherlock Homes, de Arthur Conan Doyle, y los trabajos de Robert Louis Stevenson.

El autor pudo haber consolidado ese estilo durante los tres años que vivió en Inglaterra, entre 1910 y 1913, mientras estudiaba historia moderna en la Universidad de Oxford, una época durante la cual escribió un primer volumen de poesía, The Eight Sin. Ese período lo relataría años después en su novela autobiográfica John Mistletoe (1931).

Morley, que tuvo otros dos grandes maestros en Walt Whitman y Mark Twain, al regresar a Estados Unidos trabajó para la editorial Doubleday, en Nueva York. También recorrió el país como periodista y se casó con Helen Fairchild, con quien tuvo cuatro hijos.

Con el tiempo llegó a ser un polifacético hombre de letras: poeta, periodista, novelista, ensayista, editor y dramaturgo. Su amplio espectro de trabajos abarcó más de cien libros, artículos y ensayos. Incluso fue autor de algunos libros de viaje.

A lo largo de su vida contribuyó con numerosas revistas, fue uno de los cofundadores y editores del Saturday Review of Literature, y solía dar conferencias en universidades.

Su novela más conocida probablemente sea Kitty Foyle, que generó controversia al abordar el tema del aborto y que tuvo una versión cinematográfica protagonizada por Ginger Rogers.

Pero ya con las dos primeras novelas que escribió había obtenido gran repercusión: La librería ambulante (1917) y su continuación, La librería encantada (1919), dos obras que está reeditando en estos días la editorial Periférica en nuestro país y que permiten redescubrir al autor.

En el primero de estos dos libros, Morley transporta al lector al ambiente rural de Nueva Inglaterra de principios de siglo XX.

El protagonista es Roger Mifflin, "un hombre jovial como un saltamontes" que se gana la vida vendiendo libros con un carro tirado por un caballo, donde además vive, y que desea volver a Brooklyn a escribir sus memorias. Por eso vende su librería ambulante a una mujer, Helen, a quien ofrece acompañar un tramo del camino mientras le enseña el oficio.

A partir de allí comienza una adorable historia de aventuras que reboza de optimismo y de amor por los libros y por los seres humanos, donde Morley narra con lirismo la belleza del paisaje y de las cosas sencillas, como leer tendido en una cama con el sonido de fondo de la lluvia o ver cómo el viento mece los árboles.

Un relato simple, ameno, placentero, que conduce a un mundo inocente, donde el sentido del honor, la pureza y la hospitalidad restañan el alma.

Mifflin reaparece en la segunda novela, pero ya asentado en Brooklyn, donde regenta una librería que comercia con libros de segunda mano. En este segundo volumen los libros están más presentes que en el anterior.

"Rodee usted a cualquier hombre con los libros de Carlyle, Emerson, Thoreau, Chesterton, Shaw, Nietzsche y George Abe... ¿Se imagina la excitación que experimentaría?", dice el siempre apasionado Mifflin, quien refiere a lo largo de las páginas gran cantidad de títulos y recomendaciones literarias en su afán altruista por "estimular las mentes". Un verdadero tesoro puesto allí por Morley para quien quiera apreciarlo.

La librería encantada es un libro alegre, entretenido, impregnado de la calidez del hogar y de los personajes.

Morley ofrece en estas dos obras el placer de la lectura. Ese mismo placer que, al recibir el premio Nobel de Literatura, dijo experimentar el escritor Eugene O"Neill: "Cuando tengo ganas de sonreír un poco, para que sean más ligeras las tardes, leo las primeras novelas de Morley".