"El índice de pobreza es muy alto"

Oscila entre el 25 y 27 % de la población, según datos del 2013 elaborados por la Universidad Católica Argentina. Los planes sociales lograron bajar la indigencia, pero no sirven para reducir el número de pobres, explica el sociólogo Eduardo Donza. El sector privado y su rol clave como creador de empleo. La marginalidad, un fenómeno perenne. Se terminó la Argentina de "mi hijo el doctor".

La discrepancia surgió casi de casualidad, pero sirvió para volver a instalar el tema en los medios, ponerlo nuevamente en consideración. El ministro de Economía, Axel Kicillof, dijo que desconocía las cifras de pobreza en la Argentina, y la oposición se le echó encima. Pero más allá de la polémica, lo cierto es que luego de 12 años de kirchnerismo, algunos con crecimiento a tasas chinas, la pobreza se mantiene en niveles altos para el potencial del país.

"Lo que tenemos en la UCA, actualizado al 2013, es que estamos en un nivel que va del 25 al 27% -explica el sociólogo Eduardo Donza, investigador de la Universidad Católica Argentina-. Independientemente del valor en sí, lo más importante es que el índice de pobreza sigue en niveles altos. Cuando hablamos de que en la población el porcentaje de pobreza es cercana al 20%, ya estamos en niveles altos. Sobre todo, lo que se nota es que no desciende".

-¿Sigue dándose el fenómeno de que baja la indigencia pero sube la pobreza?

-La indigencia venía bajando sistemáticamente en los últimos años. Eso indica que las políticas que se denominan de transferencia condicionada, de darle desde el Estado a la población algún tipo de ayuda -casi siempre material- han dado resultado. Básicamente en la Argentina podemos citar a la Asignación Universal por Hijo. Esto evita caer en la indigencia. Evita el hambre, pero no la pobreza. Son políticas que no están instrumentadas para eso. Son de emergencia.

-¿Cómo se define la situación de pobreza?

-En el ámbito académico no se trata de gente muriéndose de hambre. Pobreza indica que el nivel de ingresos no le alcanza a los integrantes del hogar para cubrir no sólo los alimentos, sino también todos los gastos necesarios. Por cuestiones técnicas no se tiene en cuenta el alquiler. Es decir, que no pueden pagar los servicios, impuestos de la casa, comprar la vestimenta. También hay que tomar en cuenta cuestiones vinculadas a los gastos de esparcimiento, al enriquecimiento espiritual. Hay que aclarar esto porque sino al sistema político lo asusta la palabra pobreza. Es decir, son los ingresos necesarios para que una familia viva en forma digna, en un país determinado y en un momento histórico determinado.

-¿Se toman en cuenta los datos del Indec para elaborar los distintos estudios?

-El Indec hace más de un año que no publica la Canasta Básica Total y la Canasta Básica Alimentaria. Lo que se hace es el nuevo índice de precios. Los privados sí lo hacen. Como estructura potencial de relevamiento la del Indec es mucho más potente que los privados, siempre que los datos sean verdaderos.

MERCADO LABORAL

-¿Qué lectura hace del mercado laboral?

-Las políticas públicas impactan en los niveles de indigencia, pero no en los de pobreza. ¿Cuál es la brecha esa? ¿Cuál es el salto? ¿Qué tiene que darse para que la mejora llegue? Tiene que mejorar el mercado de trabajo. Tenemos un mercado laboral precarizado. En la Argentina un 15% de la población económicamente activa está en algo que denominamos subempleo inestable. Es decir, personas que tienen planes sociales, son beneficiarios de la política de empleo con contraprestación. Hay mucha actividad por cuenta propia de bajo nivel de productividad, algunas cercanas a las mendicidad. Como puede ser alguien que limpia parabrisas en un semásforo o la venta ambulante.

-¿Cuando el sector privado genera empleo, absorbe a esta porción de la sociedad?

-Ese es el punto más complejo. Lo que se ve es que hay un sector importante de los trabajadores que se insertan en el sector informal de la economía y que no rota entre los sectores. Se estacionan y hasta pasan generaciones en ese segmento muy informal de la economía, sin ninguna posibilidad de salir. Si esto lo acompañamos con el nivel de educación formal que tienen, la situación empeora. A esto hay que sumarles algunas enfermedades que padecen, propias de la pobreza, alguna adicción, situaciones de calle. Ahí se va a generar una masa crítica de excluidos. Entonces empieza la idea de la marginalidad y la exclusión del sistema. Hasta la década del "80 el mercado de trabajo argentino no tenía grandes inconvenientes, las tasas de desocupación no eran muy importantes.

-¿Qué hizo que cambiara ese mapa social?

-Cambió la matriz económica, hubo un impacto muy fuerte de las medidas de la década del "90. Con la hiperinflación teníamos un problema económico muy serio. La solución de ese momento, porque eran las teorías económicas en auge, el neoliberalismo, las medidas que se tomaron complejizaron mucho más la situación. En los primeros años fue eficiente, se liquidaron las empresas estatales que en parte daban pérdidas y hubo ingreso de capitales. Se dio una apertura indiscriminada. Estaba esa idea de que los industriales argentinos, con el dólar barato, iban a comprar máquinas para industrializar el país y que habría niveles de productividad similares al de países desarrrollados. Eso no se dio. Terminaron importanto la mercadería y no invirtiendo. Sobre todo porque uno no puede competir contra China para hacer una remera.

-¿Se terminó la Argentina de la movilidad social?

-La movilidad social ascendente, que era la clásica Argentina de mi hijo el doctor, eso fue hasta la década del "80. En los "90 se estacionó mucho. Desde el 2003 en adelante, con un modelo totalmente diferente al anterior, tenemos una movilidad social partiendo de un punto muy bajo. Tomando el 2003 como punto de partida se ven muchas mejoras, pero también se ve cómo va quedando ese sedimento social. Se ve en el mercado de trabajo, con ese 15% de la población económicamente activa que no sale del subempleo inestable.

EL POTENCIAL

-¿Por el potencial productivo del país y sus rasgos sociales, se puede estimar de cuánto debería ser la pobreza en la Argentina?

-Uno puede hacer esos ejercicios, pero nosotros nunca lo hicimos. Se suelen hacer escenarios en el ámbito académico o bien en la gestión pública para la toma de decisiones, medidas o leyes. Lo que sí es cierto es que el nivel de pobreza debería ser menor al actual. En lo que hay que operar mucho es en el mercado de trabajo.

-¿Qué piensa un sociólogo cuando durante la campaña electoral escucha a economistas o políticos que dicen que debemos ser Canadá o Australia?

-Es difícil compararse por algunas cuestiones vinculadas a la marginalidad, es muy complicado superar eso, al menos en el mediano plazo. Porque para salir del pozo hay que generar empleo de calidad y con continuidad, porque el crecimiento poblacional es importante. Entonces el Producto Bruto tiene que estar generándose por encima del 2% constantemente para equiparar el crecimiento de la población, que debe estar en el 1%. En el corto plazo es difícil, por más que se haga todo muy bien. Sobre todo porque depende de que el sector privado logre generar puestos de trabajo. Las políticas estatales de empleo están bien estructuradas.

-¿Tenemos un modelo de producción generador de empleo? Exportamos mayormente materias primas y tenemos una industria deficitaria.

-Esto está bastante estudiado en la Argentina, nos pasó siempre. Esto del cuello de botella, lo que pasa ahora no es nuevo. Por supuesto que habría que cambiar el modelo.

-La principal actividad productiva no es generadora de empleo masivo, y cada vez somos más.

-Es fácil decir qué hay que hacer, pero habría que generar más valor agregado en las cadenas de producción. Abrir más mercados al exterior para exportar aún más. Sí, promover el consumo interno porque dinamiza la economía, pero con el consumo interno no alcanza. Hay que desarrollar mucho la investigación y el desarrollo, y también otro factor que es la innovación.

-¿Cómo caracterizaría la pobreza argentina en el contexto de la región?

-Estamos mejor que la región, pero si uno lo ve históricamente, Argentina siempre estuvo mucho mejor. Esto de la informalidad y la marginalidad no era algo típico de la Argentina. Algunos autores hablan de un proceso de latinoamericanización del país, esto se está presentando así desde la década del "70. Fue la irrupción del gobierno militar que generó ese proceso, instauró otro modelo.