La madre contó que llamó al celular de su hija, alguien contestó y cortó

Conmovedor relato de los padres de Angeles en el juicio a Mangeri

Franklin Rawson, padre de la menor asesinada, aseguró que si a su hija la hubieran querido atacar sexualmente "se hubiese resistido" porque "no era sumisa" y "hubiera tratado de escapar y luchar".

La madre de Angeles Rawson afirmó hoy que el día de la desaparición de su hija, apenas advirtió que no había regresado a su casa del barrio porteño de Palermo, llamó a su celular, alguien contestó y cortó, pero inmediatamente después le dio apagado.María Elena "Jimena" 

Aduriz formuló esta declaración testimonial en el juicio oral que se sigue al portero Jorge Mangeri, de 47 años, y en base a ésta se puede inferir que tal vez el asesino de la adolescente de 16 años usó su teléfono, el cual nunca fue encontrado.

Recordó que el 10 de junio de 2013 su hija debía regresar a las 21.15 de su clase de inglés, pero no lo hizo."Le mando un mensaje de texto a las 21.30, no contesta y a las 21.40 la llamé al teléfono, el celular sonó, alguien contestó y cortaron, después daba apagado", relató Aduriz.

En otro tramo de la declaración, ante una pregunta del fiscal Fernando Fiszer, aseguró que Angeles "se cuidaba las uñas" y luego aclaró que una uña que fue secuestrada en el auto de su pareja le pertenecía a ella, porque se la había roto la semana anterior

.Las uñas de la joven son clave en esta causa ya que debajo de ellas se encontró ADN de Mangeri, la principal prueba que lo incrimina en el caso y que su defensa cuestiona.

Además el portero presentó lesiones compatibles con arañazos cuando fue detenido, lo que se interpretó como heridas producidas por la víctima en su intento de defenderse.

En la primera parte del interrogatorio, la mujer se refirió a cómo se enteró del hallazgo del cuerpo de su hija y relató que fue el 11 de junio alrededor de las 14, cuando su madre la llevó a su cuarto.

"Al rato entró mi prima (Cecilia) con la cara desencajada y dijo que habían encontrado un cuerpo, que no estaba confirmado, pero tenía el uniforme del colegio. Salí y me di cuenta de que era ella porque lo escuché gritar a mi hijo Jerónimo. Me di cuenta de que era ella y me caí al piso", relató llorando.

La madre de Angeles recordó que mientras buscaba a su hija efectuó varios llamados, entre ellos a Mangeri, pero que éste no la atendió, lo cual fue admitido por el ex encargado cuando declaró el miércoles.

También dijo que hasta un mes y medio antes del crimen del homicidio de su hija el encargado tenía llaves de su casa porque era "bueno, una persona respetuosa", pero luego no le dieron una copia cuando las cambiaron.

Mientras la mujer hablaba, el encargado comenzó a quedarse dormido y no manifestó ninguna reacción ante el testimonio y las lágrimas de Aduriz.

"Jimena" se volvió a quebrar cuando contó que al día siguiente salió a las 7 de su casa y fue a la morgue para reconocer a su hija, que había sido encontrada en una cinta donde se separa la basura en la CEAMSE de la localidad bonaerense de José León Suárez.

"Estuve ahí haciendo lo que lo que se hace en una morgue. Estuve con ella un ratito, acomodándole el pelo y dándole besos", recordó entre lágrimas y agregó que cuando regresó a su casa fue cuando pidió hablar con los medios por primera vez.

"Nunca mas volví a Ravignani. Volví seis meses después", agregó. El viernes de la misma semana por la noche, relató que estuvo "catorce horas" en la fiscalía de Paula Asaro, a cargo de la causa, para declarar y se quejó de que la acompañaban "para ir al baño".

Sostuvo que la fiscal y su secretario fueron "intensos" en su interrogatorio, pero dijo que entiende que fue "para la búsqueda de la verdad" y que cuando salió se cruzó al portero.

"Mangeri llegó cuando yo salí de declarar. Yo estaba sentada en la escalera con mi mamá cuando llegó Mangeri con la señora y vi una cara amiga. Mangeri era una cara amiga. Me dio el pésame. Le puse la mano en el hombro y le agradecí", señaló.

Agregó que esa noche también declaró su hijo Jerónimo, quien al salir le dijo: "Fue Jorge, está hasta las manos", porque algo había escuchado mientras él era interrogado.

En la última parte, Aduriz fue interrogada por su abogado, Pablo Lanusse, quien le preguntó "qué siente hoy cuando lo ve a Mangeri con la imputación que pesa sobre él".

"No lo puedo describir, siento horror", respondió la mujer, que en ese momento cruzó miradas con el encargado.

HUBIESE RESISTIDO

El padre de Angeles aseguró que si a su hija la hubieran querido atacar sexualmente "se hubiese resistido" porque "no era sumisa" y "hubiera tratado de escapar y luchar".

Franklin Rawson, de 47 años, fue el segundo testigo en declarar ante el Tribunal Oral en lo Criminal 9 en el marco del juicio que se realiza al portero.

En principio, el padre de la víctima aseguró que siempre tuvo un buen concepto de Mangeri, desde que en 2001 llegó al edificio de Ravignani 2360 donde él aún convivía con su ex mujer, María Elena "Jimena" Aduriz, hasta que se enteró que quedó preso por el crimen de su hija.

"El vínculo era muy bueno. Era respetuoso con su trabajo. Muy servicial. Hizo en nuestro departamento un trabajo de pintura", dijo Rawson.Cuando su abogado, Pablo Lanusse, le preguntó qué sintió cuando se enteró que habían encontrado ADN del portero bajo las uñas de su hija, contestó: "Mucha sorpresa. No lo podía creer. Hoy no sé cómo describir lo que siento. Todo lo negativo que puede sentir una persona lo siento ahora".

Rawson se quebró cuando su abogado le preguntó cómo era su hija. "Angeles era un sol. Una chica muy buena con sus amigos y con su familia. Muy aplicada en el colegio, muy respetuosa", afirmó.

"Fue el mejor promedio de todo el colegio. Una dulzura. No había nadie con quien se llevara mal", agregó con la voz entrecortada.

Luego, Lanusse le preguntó cómo cree que Angeles hubiese reaccionado si alguien la hubiera atacado sexualmente y Rawson contestó: "Se hubiese resistido. No era sumisa. Hubiera tratado de escapar y luchar".

Previamente, Rawson contó que él fue el encargado de hacer la denuncia en la comisaría 31 la noche del lunes 10 de junio de 2013, ante la desaparición de Angeles, y que también fue el encargado de ratificarla la mañana siguiente ante la fiscal Paula Asaro y luego ante la Unidad Fiscal Especializada en Secuestros y Trata de Personas.