Caso Benedit: la autopsia dice que el disparo "ingresó por el lado derecho de su cabeza"

El informe agregó que la bala ingresó "cinco centímetros por arriba de la oreja, con trayectoria de abajo hacia arriba y de adelante hacia atrás". Un comunicado de la fiscalía a cargo de Alicia Bugeiro informó, además, que Benedit "no presentaba lesiones previas".

El disparo que terminó con la vida del asesor financiero Mariano Benedit "ingresó por el lado derecho de su cabeza, cinco centímetros por arriba de la oreja, con trayectoria de abajo hacia arriba y de adelante hacia atrás", según determinó la autopsia.

Un comunicado de la fiscalía a cargo de Alicia Bugeiro informó, además, que Benedit "no presentaba lesiones previas".

"Asimismo, trascendió que la pistola marca Bersa hallada junto al cuerpo estaba registrada a nombre de la víctima, desde hacía dos años", agregó. 

Los investigadores sostienen que hay "abundantes indicios de suicidio". Fuentes judiciales indicaron que el tiro que acabó con su vida es "compatible" con una lesión autoinfligida, aunque todavía hay datos no esclarecidos que llaman la atención.

El disparo, según explicaron las fuentes, ingresó por la sien derecha con orificio de salida por la sien izquierda, efectuado a corta distancia y presumiblemente entre la tarde y la noche del día anterior al hallazgo del cadáver, en la Costanera Sur.

El arma que presuntamente causó la muerte estaba registrada a nombre de Benedit, quien era diestro. 

Apareció junto al cuerpo, del lado derecho, y a unos pocos centímetros de donde yacía el cuerpo sin vida, con un detalle que llamó la atención de los investigadores: estaba sin los pantalones.

Tampoco hubo nota de suicidio, ni rastros de la motocicleta en la que se desplazaba Benedit cuando salió de su domicilio supuestamente para asistir a una reunión de trabajo.

En algún momento entre su desaparición y su muerte, Benedit retiró 50 mil dólares de una caja de seguridad bancaria perteneciente a la familia, dinero que no fue hallado en su poder.

La fiscal Alicia Bugeiro pidió, y el juez Facundo Cubas ordenó, una serie de allanamientos para secuestrar computadoras personales, teléfonos, agendas y dispositivos móviles pertenecientes a Benedit, para hurgar allí en nuevos indicios sobre qué pudo haber sucedido.