Crítica: ‘Patrick’, una remake poco lograda

En una clínica psiquiátrica

Ni el clásico y shakespeariano Charles Dance la sostiene. Todo es de segunda, hasta los efectos especiales y la pobre Sharni Vinson hace lo que puede, ayudada por los escalofríos del chico Jackson Gallagher (Patrick).

‘Patrick’. Australia, 2013. Dirección: Mark Hartley. Guión: Justin King. Música: Pino Donaggio. Actores: Rachel Griffiths, Sharni Vinson, Charles Dance y Jackson Gallagher. Presenta: Alfa Films. Duración: 96 minutos. Calificación: Para mayores de 16 años.

Una chica joven, enfermera con ganas de trabajar, encuentra la posibilidad de incorporarse a una clínica psiquiátrica pequeña. Un personal un tanto inquietante y un paciente en coma, joven, bello con el que el dueño de la clínica hace experimentos, es con lo primero que se encuentra la joven. 

La buena de Kathy descubre cierta reacción en Patrick y comienzan a comunicarse. Al principio bastante mal. Pero ni el doctor Roget, ni la enfermera Cassidy parecen querer ayudarla y las cosas no van a mejorar. Al contrario, el horror va a ser el próximo visitante de la aislada clínica Roget. 

‘Patrick’ es una remake de una película australiana de 1978 bastante exitosa. Pero aquí las cosas empeoraron. 

LUGARES COMUNES

Filme de terror que empieza más o menos bien, con lugares comunes, pero aceptablemente negra. Bruma, música estrepitosa de Donaggio, Charles Dance como el doctor Roget -en versión Drácula con delantal blanco- y una troupe de enfermeras nada confiables.

Encerrado en una habitación, el mencionado Patrick, es un monstruo de rostro bello y mente irreproducible. Los elementos están dados y hay que desarrollarlos. Pero la película va cayendo en el ‘gore’, la exageración, la repetición y hasta la ridiculez. 

Ni el clásico y shakespeariano Charles Dance la sostiene. Todo es de segunda, hasta los efectos especiales y la pobre Sharni Vinson hace lo que puede, ayudada por los escalofríos del chico Gallagher (Patrick).

Calificación: Regular