"El salario real sufrirá una caída del 6% este año"

La inflación erosionó la capacidad de compra de los argentinos, dice Fausto Spotorno. El aumento de precios alcanzaría el 40%, mientras que los sueldos se actualizaron en un 34% promedio.

La inflación exacerbada y el momificado impuesto a las Ganancias han esmerilado la capacidad de compra de los argentinos. El salario real perdió terreno y el fenómeno tuvo impacto directo sobre el consumo. En un escenario de recesión, ni los programas de crédito ni las estrategias oficiales para controlar los precios hicieron las veces de terapia de shock sobre la economía. Los sueldos, magullados, cada vez dan para menos. Y, aún peor, ya hace agua el nivel de empleo.

"Acá estamos hablando que para fin de año el salario real experimentaría una caída del 6% anual -destaca Fausto Spotorno, director del Centro de Estudios Económicos de la consultora Orlando J. Ferreres-. Todo dependiendo de qué gremios se trate, porque no todos han cerrado las paritarias al mismo tiempo. También habrá que ver si finalmente se otorga algún bono, como ocurre en el caso de los maestros y otros gremios. Con todo esto, igual da 6% la pérdida de capacidad de compra.

-¿Qué fue lo que, principalmente, desgastó los ingresos?

-Cuando enfocamos salario real lo más importante es el alto nivel de inflación. Lo que ha pasado es que la inflación, que nosotros la tenemos hoy en 42% interanual, ha sido muy alta y los salarios aumentaron hasta un 35% en promedio. El promedio del año da 40 de inflación y 33 o 34 de suba salarial, de allí surge el 6% de caída del salario real.

-¿El impuesto a las Ganancias afectó en menor medida?

-Claro, esto requiere un cálculo aparte y no está hecho, pero depende de la categoría. Aquellos que ganaban el año pasado menos de 15.000 pesos por mes no tienen ningún impacto sobre sus ingresos. Aquellos que saltaron de categoría tal vez se vean afectados en dos o tres puntos.

-¿Urge actualizar el mínimo no imponible?

-No solamente el mínimo, sino actualizar las escalas. Si a un trabajador le aumentan el sueldo para compensar la inflación, se pasa de escala.

-¿En cuánto afectaría la recaudación fiscal una modificación de las escalas?

-Y sí, afectaría, seguramente. La verdad es que habría que hacer bien los números, pero se vería muy afectada. Cuando uno ve las cifras de la recaudación impositiva, uno de los números que más crece es Ganancias. En las empresas hay un proceso parecido. Al no permitirles ajustar los balances por inflación se le está cobrando un impuesto simplemente por la inflación.

MENOS CONSUMO

-¿Los programas de estímulo al consumo se ven perjudicados por la caída de la capacidad de compra?

-El punto es que cuando hay un problema de caída del salario real, como en este caso es del 6%, el tamaño de la masa salarial es mucho más grande que todo lo que se pueda dar en crédito. Para compensar una caída semejante del salario, tendría que aumentar un 50% todo el crédito al consumo del sistema, en términos reales. Eso da una idea del volumen del problema, pero lo que sucede también es que la gente no toma crédito si sabe que no puede pagarlo.

-¿Ha dado resultado el programa de Precios Cuidados para defender la capacidad de compra?

-Eso se limita a algunos productos de supermercado y demás, pero no es suficiente. Aún si cometieran la locura de congelar absolutamente todos los productos, lo que ocurriría es que no habría abastecimiento suficiente porque crecería la demanda, habría faltantes.

-¿Es viable o lógico que los sindicatos pidan un bono de fin de año?

-Y, es una lucha muy individual de cada sindicato e incluso de cada empresa. Supongamos que el sindicato de los Gastronómicos logra que se otorgue un bono de fin de año para compensar la inflación, tal vez un restaurante grande lo pueda pagar, pero a un bar en Constitución lo liquidan.

-¿Los empresarios están preocupados?

-Hay sectores que tienen muchos problemas. Las economías regionales están con serias dificultades. En general cuando uno observa los sectores que crecen, la mayoría experimenta problemas. Algunos están mejor, por ejemplo el cemento anda bien. Cayó el volumen, pero el nivel de producción anda bien.

-¿Hay indicios de mejora en la construcción?

-Sí, pero no tiene que ver con el crecimiento de la construcción. Lo que ocurre es que el año pasado fue excepcional en materia de despacho de cemento. Tanto que se tuvo que importar cemento, y es carísimo porque se está comprando algo que tiene poco valor y mucho peso físico. Pero se hizo porque las plantas no daban abasto. Pero el año pasado hubo elecciones, y en este no.

-¿Se ejecuta menos obra pública?

-Hay menos, pero igualmente no son malos los números de las obras públicas. Por lo menos lo que dice el Estado que gasta en obra pública, tanto en Nación, provincias y municipios. Después hay mucha demanda privada, pero más bien chica. No grandes proyectos, pero sí emprendimientos como las casas en los countries. El gran impedimento para la construcción es el terreno, pero si los terrenos están, hoy en dólares el costo de la construcción es bajo.

-¿La presión tributaria es lo que más impacta sobre las empresas?

-Y, hay de todo. La inflación creo que es el punto principal porque no se puede planificar nada. Genera problemas en el costo del trabajo a corto plazo. Es muy difícil llevar a la práctica proyectos de inversión. Porque la inflación no es homogénea, no es que todo aumenta un 40%. Esa heterogeneidad interna de la inflación hace que proyectar sea muy difícil. Tal vez en un rubro aumentan los precios un 30%, pero tienen costos que suben un 45%. La diferencia son 15 puntos, eso carcome las ganancias y voltea empresas.

TIEMBLA EL EMPLEO

-¿Aguanta el empleo o hay señales de deterioro?

-No, el empleo ya se está deteriorando. Según los datos que tenemos, se han perdido 400.000 puestos de trabajo en los últimos doce meses. Se trata de destrucción de puestos de trabajo.

-¿La tendencia persistirá el año próximo?

-En realidad hay un punto, y es que en esta economía con tanta inflación y devaluaciones, el problema es que no ajusta tanto por el nivel de empleo sino por el salario real, que es lo que estamos viendo hoy. El año que viene, depende de lo que suceda, pero creo que si la economía no levanta habrá más pérdidas de puestos de trabajo. Por supuesto, también una caída del salario real.

-¿Un acuerdo temprano con los fondos buitres puede cambiar el panorama de manera sensible en 2015?

-Un arreglo con los fondos buitres va a abrir las puertas al crédito, lo van a tener que usar. Y aún así el panorama no es salvador. Si no arreglamos con los holdouts tenemos un problema serio porque no hay dólares suficientes para la economía. El año que viene, además, hay vencimientos importantes de deuda y habrá también menores exportaciones. Cae el precio de la soja, del maíz y probablemente caiga la producción de ambos cultivos. En principio se prolongaría el panorama recesivo, con una falta de divisas importante.

-¿El Estado tendrá que acostumbrarse a administrar con una soja con precios más cercanos a los u$s 400 por tonelada que a los históricos u$s 600? ¿Esto requiere un cambio de mentalidad?

-Hay que hacer un cambio de mentalidad, pero también un cambio estructural. Hay dos ejes: uno viene por el lado de la aparición del shale gas, lo que hace que el etanol ya no sea tan buen negocio. Esto provocó la fuerte caída del precio del maíz. La relación entre soja y maíz pasó de dos a tres, es decir que antes con una tonelada de soja se compraban casi dos de maíz, y ahora más de tres. Con lo cual los farmers americanos dejaron de sembrar maíz y ahora plantan soja.

-¿Cuál es el otro?

-Lo que todos estamos viendo es que habrá una economía mundial donde el dólar empieza a fortalcerse. Mientras el euro y el yen están en sus políticas monetarias expansivas, el dólar está saliendo de esas políticas súper expansivas. Ya dejó atrás el tapering (programa de compra de bonos por parte de la Reserva Federal, que inyectaba divisas en el sistema). Un dólar débil impulsó el precio de los commodities, pero un dólar fuerte los hará caer.