Crítica: "Madres perfectas"

Entre chapuzones y surf

Naomi Watts es Lil, Robin Wright es Roz y Xavier Samuel y James Frecheville, son los adolescentes. Ellas, estupendas. Los chicos no demasiado expresivos. Filme de sugerencias, levemente amoral, a veces tedioso, a veces hipnótico.

"Madres perfectas" (Adore). Coproducida entre Australia y Francia, 2013. Dirección: Anne Fontaine. Guión: Christopher Hampton, basada en la novela "The grandmothers", de Doris Lessing. Fotografía: Christophe Beaucarne. Música: Christopher Gordon. Actores: Naomi Watts, Roben Wright, Xavier Samuel, James Frecheville y Sophie Lowe. Presenta: DCA. Duración: 112 minutos. Calificación: Para mayores de 18 años.

La historia inquieta. Dos amigas, lindas, de posición media alta, sin demasiados compromisos. Al menos no se alude prácticamente a sus trabajos, una tiene una tienda deportiva, la otra es profesora, una es viuda, la otra tiene un marido que fue a probar fortuna lejos y ambas son madres de adolescentes varones. Uno las ve en una increíble playa australiana de agua y arena inmaculada, alegres, disfrutando de la Naturaleza, de los hijos y de servir bebidas frías en reuniones sin demasiado que decir. 

Parece que estuviéramos con una historia de Alberto Moravia y no de Doris Lessing, que es la autora del relato en que se basa. Casi no pasa nada, hasta recuerda a momentos de "La Noia" filme de Damiano Damiani en el que se filtraban dosis de insatisfacción y aburrimiento.

MIRADAS Y VACILACIONES

Pero Lil y Roz no esperan demasiado. Entre té y té, entre chapuzón y tabla de surf, con algunas miradas y ningunas vacilaciones, entrecruzan hijos y cada una de ellas inicia una aventura con el hijo de la otra. Y la vida sigue igual.

Con alguna sonrisa, un marido que escribe una carta y el tiempo que pasa con brisas marinas y sonido de playa, va evolucionando la historia.

Las imágenes bellas, los crepúsculos de caramelo, la piel bronceada y ni una arruga alevosa interrumpen este relato. Estamos casi frente a una película de Adrian Lyne, lustrosa y transparente, que recuerda al filme "Una proposición indecente", salvo por las idas y venidas en el tiempo.

Hay algunas frases anodinas, levemente culpables ("cruzamos la línea", le dice uno de los personajes al otro), pero todo fluye como esos chicos ligeramente inexpresivos que no parecen reaccionar hasta el encuentro con otras mujeres incapaces de tolerar rivales amigas y cómplices que siempre revolotean en el nido familiar. 

Naomi Watts es Lil, Robin Wright es Roz y Xavier Samuel y James Frecheville, son los adolescentes. Ellas, estupendas. Los chicos no demasiado expresivos. Filme de sugerencias, levemente amoral, a veces tedioso, a veces hipnótico, sobre todo con el sopor de la playa. 

Calificación: Buena