LOS DESEQUILIBRIOS MACROECONOMICOS SON RELATIVAMENTE SENCILLOS DE RESOLVER

Venezuela no está fuera de combate

Un derrumbe súbito del gobierno chavista no sería nada bueno para la región, ni siquiera para Estados Unidos. Tarde o temprano, Maduro deberá reducir los subsidios a la energía.

POR WALTER MOLANO *

El aniversario de la muerte del presidente Hugo Chávez coincidió con desmanes en las calles y el colapso en Ucrania. De inmediato una marejada de noticias y artículos anunciaba la inminente desaparición del presidente Nicolás Maduro. Ciertamente las cosas no van bien para el ex conductor de micros.

Hay una escasez generalizada debido a la aplicación de draconianos controles de cambio. Casi la tercera parte de la canasta básica de consumo escasea. La inflación se disparó y creció hasta duplicarse en el último año para llegar a un nivel anual de 56%. Los venezolanos están desesperados por sacar su dinero del país, lo que triplicó el tipo de cambio paralelo hasta 83 desde un nivel de 24 hace un año. Las reservas internacionales cayeron un tercio y oscilan en torno de los 20.000 millones de dólares. Esto deja al país con margen para cinco meses de importaciones, una cifra relativamente baja.

Por lo demás la economía está aplanada. La combinación de bajo crecimiento, alta inflación y escasez de artículos básicos conforma un ambiente explosivo. De ahí que sorprenda poco que la gente salga a las calles. Hubo unos cuarenta muertos y decenas de personas resultaron heridas. El gobierno respondió con la fuerza, valiéndose de la policía antidisturbios para reprimir las protestas. Pero una mirada de cerca a la situación demuestra que la gravedad de los problemas macroeconómicos de Venezuela no se compara con la situación en Ucrania. Más aún, los desequilibrios de Venezuela son relativamente fáciles de resolver.

CREADOR DE REYES

Para todos los fines prácticos Venezuela es una compañía productora de petróleo dotada de un himno nacional. Las penurias del país comienzan con Pdvsa. La empresa fue siempre una entidad sumamente politizada, con alto grado de independencia.

Durante gran parte de los años "80 y "90 fue el creador de reyes del país, con la capacidad de modelar la política y la agenda nacional. Sin embargo, la decisión de Chávez de destituir en 2003 a la mayor parte del personal técnico y de conducción transformó a la empresa. Perdida su independencia se convirtió en el instrumento principal de las políticas internas y externas del presidente. En 1998 Chávez se quejó de que la plantilla de 45.000 empleados era demasiado grande, y que tendría que hacer algo al respecto.

Lamentablemente, expandió la plantilla agregando otros 100.000 trabajadores. La compañía también fue afectada por la partida de muchos técnicos preparados, lo que condujo a una caída del 18% en la producción petrolera.

Por lo demás, Chávez decidió crear nuevas subsidiarias de Pdvsa para impulsar sus programas sociales. Así creó Pdval para distribuir productos alimenticios, aves de corral y carne de cerdo y la construcción de hogares de bajos ingresos. Esos proyectos minaron los recursos de la empresa, y redujeron la cantidad que tenían para incrementar la producción.

Otro gran problema son los precios ridículamente bajos del combustible. A un costo de pocos centavos de dólar el galón (3,4 litros), no hay incentivos para economizar al combustible. Cada año se contrabandean millones de litros a Colombia. Desde 2011 el consumo diario de combustible subió un 37% hasta los 329.000 barriles diarios. Por lo demás hay mucho que podría sanearse en Pdvsa.

Al mismo tiempo la popularidad de Maduro bordea el 40%. Es verdad que muchos de sus partidarios se volcaron en su contra debido a la escasez y a la desaceleración económica. De todos modos todavía retiene el control firme del aparato gubernamental.

Los militares han sido sumamente leales y se mantienen en los cuarteles. También existe la sensación de que los opositores no quieren ir más lejos y pidieron a la Iglesia Católico que sirva como mediadora con el objetivo de dasactivar las tensiones. Un derrumbe súbito del gobierno venezolano no sería nada bueno. Desestabilizaría a la economía y a la sociedad, con lo cual se pondría en riesgo la capacidad del país de cumplir con sus obligaciones externas.

Por otra parte no es cierto que un cambio de gobierno mejorará las perspectivas del país. Una dolorosa recesión se avecina en el horizonte en tanto el gobierno se decide a reformar el sector petrolero y reduce los subsidios a la energía. Por último, existe una buena posibilidad de que el nuevo gobierno repudie la deuda eterna dado que casi toda fue emitida por Hugo Chávez y su sucesor. Posiblemente, la mejor situación para los bonistas es que el gobierno continúe buscando parches para apuntalar las finanzas, como el reciente préstamo chino para transacciones petroleras por 5.000 millones de dólares. En otras palabras, Venezuela puede estar decaída pero no liquidada.

* Economista de BCP Securities.