Los primeros mil días marcan el resto de la vida

La anemia, la desnutrición crónica y la obesidad afectan al 40% de los niños menores de cinco años. Expertos en nutrición hicieron un llamado para que tanto desde el Estado como desde la población general se pongan en práctica acciones para revertir la situación.

En el marco de la celebración de sus 37 años de existencia, el Centro de Estudios en Nutrición Infantil (Cesni) lanzó una campaña que promueve la divulgación -en sólo 10 minutos- de la importancia que tiene el cuidado de los mil primeros días de vida de una persona.

En esta oportunidad, la ONG dedicada a la investigación en salud y nutrición infantil, realizó una convocatoria a toda la dirigencia política, entendiendo que el compromiso hacia el cuidado infantil temprano debe ser una prioridad para todos los sectores de la Argentina.

En línea con las recomendaciones de las principales organizaciones del mundo, el objetivo de la campaña "DIEZ minutos por MIL días para siempre", es instalar en la sociedad la importancia que tiene el riguroso cuidado nutricional en la etapa que va desde la gestación hasta los dos años de edad.

"Es en este periodo de mil días cuando se conjugan las más elevadas necesidades nutricionales de toda la vida, ya que es el momento de mayor velocidad de crecimiento y también cuando se produce la conformación de estructuras nobles como el sistema nervioso", advirtieron.

"Una adecuada nutrición en este periodo es definitorio para el resto de la vida de una persona y es, precisamente por ello, que las políticas nutricionales tienen su mayor impacto y trascendencia en ese momento", añadieron.

CAPITAL ACUMULATIVO

Según subrayaron, la salud es un capital acumulativo ya que el resultado de cada etapa depende del cuidado puesto en las anteriores. Por eso, la iniciativa de los 1.000 días aborda al ciclo vital en su totalidad, con acciones dirigidas a promover la salud durante el embarazo, la lactancia y los primeros años de vida: una ventana de oportunidad que se proyecta sobre el futuro de cada niño.

"Proponemos e invitamos a toda la sociedad a transmitir en sólo 10 minutos el valor de cuidar lo más importante y trascendente que tiene una sociedad: sus niños", expresó el doctor Esteban Carmuega, director del Cesni.

"Esta es una tarea que excede al sector de la salud porque es imposible llevar adelante proyectos de alto impacto sin un acuerdo de todos los sectores. Los resultados de estas políticas son a largo plazo, pero quienes entiendan que invertir en los primeros 1.000 días de vida de una persona es crucial, sabrán que estarán forjando una mejor sociedad", concluyó Carmuega.

El amplio acuerdo que propone al Cesni incluye "priorizar en la agenda legislativa, en los programas de salud pública, en las campañas de comunicación social, en el sector productivo y en el accionar del tercer sector, diferentes acciones efectivas para el cuidado de la mujer embarazada, la protección de la lactancia y la alimentación temprana adecuada".

SEGUN PASAN LOS AÑOS

De acuerdo con el Cesni, en los últimos 40 años, los problemas nutricionales fueron cambiando. En la década del 70, la desnutrición aguda asociada con la diarrea estival y la deshidratación eran las más frecuentes; "allí, el CESNI fue partícipe de la implementación de la rehidratación oral, del diseño de formulas infantiles para la diarrea y de la capacitación de profesionales para el tratamiento de la desnutrición aguda", apuntaron.

En los 80, se hicieron evidentes formas más sutiles de desnutrición como el retraso de talla, la desnutrición gestacional, el bajo peso de nacimiento y las deficiencias de micronutrientes como el hierro, zinc o ácido fólico.

"En este caso, -recordaron- desde Cesni se realizaron los estudios de terreno y de laboratorio que posibilitaron la implementación de políticas de fortificación que aún hoy se aplican".

En los 90, y sin haber resuelto estos problemas, hace su irrupción la obesidad como un problema de magnitud epidémica de aparición temprana en la infancia. De esta manera, nuestra sociedad soporta una doble carga de enfermedad, que afecta las mismas regiones, familias y en ocasiones, los mismos individuos que padecen desnutrición por carencias y obesidad. "Una combinación perversa que no sólo aumenta la morbi-mortalidad temprana sino que obliga a desviar recursos de salud desde la prevención y promoción en la niñez hacia el tratamiento de las complicaciones de la obesidad en la vida adulta", se remarcó desde Cesni.

Hoy, estos tres problemas -anemia, desnutrición crónica y obesidad- afectan al 40% de la población menor de cinco años.

Sin embargo, los expertos hicieron hincapié en que "medidas sencillas como realizar un control oportuno y efectivo durante el embarazo, promover la lactancia materna, incorporar una alimentación complementaria adecuada, prevenir y tratar las deficiencias de hierro, vitamina A y tratar oportunamente a los niños que desaceleran su crecimiento apoyando la tarea de las madres, son todas intervenciones que han demostrado su efectividad para prevenir la desnutrición en contextos muy dispares en todo el mundo".

MUCHO POR HACER

Sin dudas, todavía falta tomar conciencia sobre la necesidad de cuidar la alimentación de los más pequeños: sin ir más lejos, en la Argentina, el primer año de vida de un niño se caracteriza por una práctica de lactancia materna insuficiente (a los seis meses, el 30% ya no es amamantado) y una inadecuada introducción de los alimentos complementarios a partir del sexto mes, algo que se refleja en la presencia de anemia en el 30% de los menores de dos años y a la vez configura un riesgo para el inicio temprano de sobrepeso.

"Abandonar tempranamente la lactancia materna, introducir muy pronto leche de vaca a la dieta, y una pobre alimentación complementaria a partir del sexto mes, pueden afectar el normal desenvolvimiento nutricional en el primer año de vida e iniciar un camino hacia el sobrepeso, que hoy afecta a un tercio de los menores de seis años y el 40% de los niños en edad escolar", graficó el licenciado Sergio Britos, profesor asociado de la Escuela de Nutrición de la Facultad de Medicina (UBA) y director del Centro de Estudios sobre Políticas y Economía de la Alimentación (Cepea), institución que organizó el simposio "Nutrición en los 1.000 días críticos: ¿qué sabemos, qué hay que revisar?", con el objetivo de generar conciencia sobre una problemática que de no resolverse puede tener consecuencias graves.

"Luego del abandono de la lactancia es común el exceso de calorías en la dieta y la temprana introducción de leche de vaca -antes del año- es un factor de sobrecarga renal de proteínas y de sodio y, a la vez, es común el déficit de hierro, de calcio, vitaminas A, C y ácidos grasos esenciales", señaló Britos, quien resaltó la importancia del encuentro que se realizó en la Universidad Católica Argentina (UCA) con el apoyo de ANI.

El simposio contó con la disertación destacada del doctor Eduardo Atalah, consultor en Nutrición y Salud Pública del Ministerio de Salud de Chile y ex presidente de la Sociedad Latinoamericana de Nutrición, quien y junto a otros especialistas brindó un mejor conocimiento de los requerimientos nutricionales en ese período de la vida; consejos para que las madres puedan sostener la lactancia; para el correcto y oportuno uso de las fórmulas infantiles y las mejores prácticas en alimentación complementaria, entre otros temas.

Atalah presentó la experiencia chilena, país que en los últimos años ha reformulado sus políticas materno-infantiles identificando los mejores productos para la nutrición de mujeres embarazadas y niños menores de dos años, los que son distribuidos a través de la red de centros de atención primaria.

La Argentina, en cambio, "mantiene sin cambios desde hace diez años su política de distribución de leche de vaca fortificada con hierro, cuando es conocido que además del hierro existen otras deficiencias que comprometen la nutrición de los niños", alertaron.