Crítica: "Starlet", una fascinante propuesta acerca de los afectos y la soledad humana

Una amistad medio despareja

 

"Starlet" (Starlet). Estados Unidos, 2012. Dirección: Sean Baker. Guión: Sean Baker y Chris Bergoch. Fotografía: Radium Cheung. Música: Manual. Actores: Dree Hemingway, Stella Maeve, Besedka Johnson, James Ransone. Presenta: Tren Cine. Duración: 103 minutos. Calificación: Para mayores de 13 años.

La curiosa relación entre una anciana viuda y una modelo de veintiún años, que también se dedica a filmar películas porno, es lo que propone el director estadonidense Sean Baker.
"Starlet" es una película que muestra lo cotidiano en la vida de dos chicas que son modelos, el novio de una ellas y los cambios que se producen en la vida de una anciana que vive sola, cuando una joven desconocida decide preocuparse por ella.

Jane (Dree Hemingway) parece estar de paso en todos lados. Alquila una habitación en la casa del novio de su amiga y vive con su perro chihuahua, al que le puso de nombre Starlet.
La joven se mueve por ese barrio alejado del centro de Los Angeles en su auto, hace compras y dedica parte del día, cuando no tiene que hacer fotos, o filmar, a los videojuegos, junto con su amiga Melissa (Stella Maeve), que consume drogas igual que su novio Mikey (James Ransone).

DINERO INESPERADO
Jane prefiere mantenerse un poco al margen de lo que hacen sus amigos y su vida cambia cuando en una venta de garage, adquiere un termo en desuso a la anciana Sadie (Besedka Johnson). Lo inesperado es que cuando decide limpiar el termo, descubre en su interior varios fajos de billetes que conforman una abultada suma de dólares.

Al comienzo Jane no sabe qué hacer, si devolverle el dinero a Sadie o no. Lo cierto es que decide visitar a la anciana que es bastante gruñona y hosca y de muy pocas palabras. Al final, en una de las visitas, la mujer se da cuenta que la chica necesita tanta compañía como ella y se hacen amigas y deciden hacer un viaje juntas a Europa.

"Starlet" es una película extraña, original y cálida, en la que a través del comportamiento diario de sus personajes, intenta transmitir que los afectos se van construyendo a partir de pequeñas cosas, en su mayoría totalmente intrascendentes.

La película hereda esa cuota de cierto costumbrismo melancólico, típico del cine independiente norteamericano, a la vez que posibilita conocer a una actriz debutante Dree Hemingway (bisnieta de Ernest Hemingway), que en el papel de Jane, consigue elaborar un personaje tan misterioso, como fascinante. A su lado la veterana Besedka Johnson, muestra una valiosa intervención actoral.
Calificación: Buena