Crítica: "La pasión de Michelángelo", un buen filme de Esteban Larraín sobre un hecho real

Los usos políticos de la fe

"La pasión de Michelángelo". Coproducida entre Chile, Argentina, Francia y Alemania, 2013. Dirección y guión: Esteban Larraín. Fotografía: Tevo Díaz. Música: Ricardo Santander. Actores: Sebastián Ayala, Patricio Contreras, Roberto Farías, Aníbal Reina y Catalina Saavedra. Presenta: Primer plano. Duración: 98 minutos. Calificación: Para mayores de 13 años.

La utilización de la fe católica para tratar de disimular las protestas durante el gobierno de Augusto Pinochet en el Chile de 1983 es el tema que eligió el director Esteban Larraín para su segundo filme.

En "La pasión de Michelángelo", Larraín partió de un hecho real ocurrido en su país. Es el caso de un adolescente, un "chico de la calle", conocido como Miguel Angel (Sebastián Ayala), quien en "Peñablanca", un pueblo del interior de Chile, incentivado por un anciano sacerdote de la iglesia del lugar, todos los días va hasta un campo cercano, en el que hay un pequeño altar y, cuando ve que llega la gente comienza a gritar que ve a la Virgen María.

LA INVOCACION

Después el muchacho se tira al suelo, levanta sus manos, mira hacia arriba y dice "ahí está!" -aludiendo a la Virgen- y comienza a mostrar algunos hilos de sangre que corren por su frente. La gente se enfervoriza e intenta acercarse al chico, tocarlo, con la esperanza de que les conceda un milagro.

El fenómeno llega hasta la capital y el sacerdote Ruiz Tagle (Patricio Contreras) es enviado por el arzobispo a investigar qué ocurre con el muchacho.

En "Peñablanca" Ruiz Tagle habla con la gente, con un periodista de la zona y saca la conclusión de que el fenómeno está armado, para distraer a la gente sobre lo que sucede en el resto del país. Poco después se entera que el chico es asesorado en su fe por otro sacerdote asignado por el gobierno para tal función, pero es muy poco lo que puede hacer Ruiz Tagle, porque ese despertar de la fe convirtió al pueblo en el centro de atención de los chilenos, además de incentivar el comercio en la zona.

PLENA CRISIS

Lo que sucede después tiene características trágicas, porque Miguel Angel se convierte en un enfermo mental que cree ver realmente María. Se trasviste para parecerse a ella y hasta se pone una peluca. Su situación empieza a ser preocupante para todos porque dudan ya del fenómeno y el muchacho deja de ser una noticia de primera página de los diarios.

Esteban Larraín logra momentos de gran intensidad emocional y su tratamiento de un hecho de las características mencionadas, es el más acertado al mezclar elementos del policial político, con imágenes que parecen extraídas de un documental.

Admirables son las actuaciones de Patricio Contreras y de Sebastián Ayala.

Calificación: Muy buena