LAS EXTRAORDINARIAS MUESTRAS DE MARCOS LOPEZ Y PAULA TOTO BLAKE. CINCO ARTISTAS EN LA UCA

La sensibilidad diversificada

El fotógrafo santafesino Marcos López atenacea el corazón con su "Debut y despedida" en el Centro Cultural Recoleta. Esta megamuestra hecha junto a otros seis artistas se sale del terreno fotográfico tradicional y abarca visualmente eso que a veces apresuradamente llamamos "patria" (esa huidiza percepción).

"No hay concepto. Hay una compulsión maníaca por generar imágenes que expresen y/o movilicen emociones", escribió López en el catálogo de la exhibición que repasa treinta y cuatro años de actividad (1978-2012).

En la Sala Cronopios la fotografía es un elemento más para dar vida a un ropecabezas de instalaciones, esculturas, dibujos, pinturas y piezas audiovisuales realizadas por López junto Yanina Moroni, Paola Balario, Ruta Mare, LU.CU.MA, Elba Bairon, Luis Gaspardo, Miguel Valverde y Marcelo Saraceno. Curada por Nadia Kossowski, esta retrospectiva debiera conservarse tal como se la ve, aunque eso sea imposible. López ha sincretizado tradiciones, el pasado y el presente, las creencias populares y hasta resignifica su obra propia y ajena y su "Asado en Mendiolaza" parece el chapón de una casilla villera y las sopas Campbell"s de Warhol aparecen en un enorme mural, al pie de un pelotón minero coronado por Evo Morales.

Y así como López replantea cúspides pop, su imágenes devenidas icónicas son reconstruidas por sus compañeros artistas, "El sireno de Getxo" adquiere tres dimensiones en la escultura de Bairon; Balario vuelve a pintar el Nicolino Locche de la inolvidable Martha Peluffo sobre cuadros comprados en el Ejército de Salvación y "El mártir" -que recuerda a la estampita de Ceferino Namuncurá- está pintado al óleo por Luis Gaspardo.

El barroquismo del conjunto es el de nuestro país, el de nuestra patria, con sus oledas de sangres diversas, con sus períodos de paz y de guerra, con sus héroes de bronce y de uso cotidiano, con su violencia, con su riqueza y su pobreza.

Las primeras fotos de López dieron mucho que hablar hasta que se convirtieron en un patrimonio estético de alcance internacional. Esta muestra también dará que hablar aunque la recorramos con una emoción que se lleva bien con el silencio.

En el Centro Cultural Recoleta, Junín 1930, hasta el 31 de marzo, de martes a viernes, de 14 a 21, sábados y domingos de 12 a 21.

FOTOS DE TOTO BLAKE 

En "Fragilidad", Paula Toto Blake ha reunido una serie de fotografías que invitan a reflexionar sobre la transitoriedad de la vida, la condición de la existencia y el paso del tiempo.

Las imágenes -algunas de gran tamaño- se despliegan en esta exposición integrada por tres series de fotografías (tomas directas) y fotografías intervenidas (fotos color y acrílico intervenido) en un conjunto curado por Rodrigo Alonso.

Se trata, según la artista, de una selección de las series realizadas durante una Residencia en Sculpture Space Residency Program, New York, y en el cementerio de Edimburgo, (Escocia), a partir de las que comenzó a generar un pensamiento que tiene que ver con el límite entre ficción, realidad, la ciudad como símbolo de condensación de miedos, incertidumbre y fragilidad.

Toto Blake ha sido una escultora audaz, crítica sobre la vida cotidiana a través de piezas de mobiliario sembradas de cientos púas que se reiteraron en otras de reminiscencias arqueológicas. Ahora otra vez ese sesgo arqueológico se reitera en fotos de interiores de casas abandonadas, de paredes descascaradas en las que parecen pervivir historias que se esfumaron, sillones olvidados bajo la nieve que también cubre las lápidas de cementerios sin nadie a la vista. Todo remite a la fragilidad del cuerpo, pero también a la irremediable soledad del hombre y a la fortaleza de espíritu, testimoniado por artista como Paula Toto Blake.

En el Centro Cultural Recoleta, Junín 1930, hasta el 31 del actual, de martes a viernes de 14 a 21 y sábados y domingos de 12 a 21.

ARTISTAS EN LA UCA

La muestra "Espacios parasitados" o parasit(u)ados, por Rodrigo Alonso contiene pinturas, instalaciones y objetos de cinco jóvenes artistas argentinos, que proponen nuevas formas de presentar y pensar el espacio de exposición que ocupan en el Pabellón de las Bellas Artes de la UCA.

Leila Tschopp, Agustín Fernández y Guido Ignatti desde Buenos Aires, junto al pampeano José Martín Arangoa y el cordobés Juan Gugger han intervenido el ámbito de exhibiciones de Puerto Madero que este año celebra su décimo aniversario.

Estructuras que dan vida a extrañas maquinarias, proyecciones que generan ilusiones temporoespaciales, pinturas que no contiene ningún cuadro ni cuelgan de la pared son algunas de las propuestas.
Rodrigo Alonso buscó artistas que hubieran trabajado lo espacial desde la intervención o a partir de reflexiones conceptuales, en ese marco las tablas de madera donde el Gugger imprimió números que remiten a datos cartográficos y elevó la Torre de Pizza que hace referencia otra histórica a partir de una gran pila de cajas de pizza que se inclina hacia un lado. La estructura espacial es un ida y vuelta en el tiempo.

Los collages de Arangoa -diseñados con fotografías intervenidas con textos extraídos de diarios y manuales de construcción- son otra de las propuestas para repensar la idea de espacio, del lugar y de su medida.

Las "pinturas espaciales" de Tschopp fueron instaladas en el piso, superpuestas, formando una estructura que ocupa el centro de la sala.

Fernández parece recrea el imaginario obrero a partir de varios "displays", dispositivos publicitarios generados desde la arquitectura social. Son obras que, también ellas, tienen raíces de la geometría histórica. De esa que se puede relacionar con las artes aplicadas, como las que creó el arquitecto húngaro Marcel Breuer (1902-1981), maestro de la Bauhaus, que impuso en sus diseños la cañería de acero y en sus edificios el hormigón armado.

A la par, una serie de imágenes construyen espacios interiores ilusorios: Dentro de la sala se pone el sol o se cuela una luz que parece venir del exterior, aunque se trate de proyecciones prolijamente filmadas por Ignatti.

Los "espacios parasit(u)ados" -según el texto curatorial- "rechazan la sobredeterminación del supuesto ámbito neutral. En lugar de acomodarse a sus imposiciones, prefieren intervenirlo, relativizarlo, ponerlo en entredicho y en definitiva parasitarlo".

En el Pabellón de las Bellas Artes de la UCA, Alicia Moreau de Justo 1300, hasta el 7 de abril, de martes a domingo de 11 a 19.