Procesan a un matrimonio por matar a su hija de 5 meses tras maltratarla

La beba fue trasladada por sus padres al hospital Garrahan con un paro cardiorrespiratorio el 25 de octubre pasado y murió ese día. Tiene síntomas de golpes, maltratos y zamarreos, y los testigos apuntan a los padres.

La Cámara del Crimen confirmó el procesamiento de una pareja por el homicidio de su hija de cinco meses, mediante golpes y zamarreos que fueron constatados en la autopsia y que incluyeron fracturas en las costillas y en el cráneo.

La Sala Sexta del tribunal consideró que ambos padres fueron "coautores del delito de homicidio agravado por el vínculo" y les trabó un embargo sobre sus bienes hasta la suma de 550.000 pesos.

"Habrían dado muerte a su hija, de cinco meses de vida, el 25 de octubre pasado en el interior de la habitación 32 del hotel en el que vivían, mediante golpes, maltratos y zamarreos".

Se trata de un hotel tipo inquilinato, al que habían llegado entre el 25 y el 26 de setiembre, en el que uno de los testigos de cargo refirió que si bien no conocía a los imputados, a través de las delgadas paredes "se escuchaba todo".

La beba fue trasladada aquel día, a las 15.20, al hospital Garrahan "con un paro cardio-respiratorio. Tras realizarse las maniobras de reanimación con éxito, se practicaron distintos estudios que dieron cuenta de la existencia de varias lesiones, entre ellas, de una fractura de cráneo en la zona occipital y un edema cerebral grave, que motivó su urgente intervención quirúrgica, durante la cual, falleció".

Cuando llegó con la pequeña al hospital, el padre "refirió que había notado que su hija estaba morada y no podía respirar, motivo por el cual decidió llevarla hasta allí", explica el fallo.

Sin embargo, los médicos detectaron "hematomas en la región frontal y párpados, excoriaciones en el miembro inferior izquierdo y dos fracturas costales", que en principio parecían "compatibles con el procedimiento de reanimación" pero luego se comprobó que no habían sido producidas mediante esas maniobras.

"El examen interno del cuerpo determinó, entre otras cosas, que la beba presentaba fracturas de hueso fronto-parietal izquierdo y fractura occipital izquierda, ambas en un trazo. Se concluyó que falleció por una causa violenta, por fracturas de cráneo, hemorragia meníngea y traumatismos", explica el fallo.

Los médicos aseguraron que "no había coincidencia entre el relato de los padres y lasheridas que la niña tenía en su cuerpo pues, por su cantidad y variedad, era difícil pudieran responder a un único mecanismo de producción".

"El maltrato infantil en el ámbito familiar es una patología médico-legal que no escapa a ningún ser humano. Aparece en cualquier lugar, momento y nivel económico", reflexionaron los jueces Marcelo Lucini y Mario Filozof.

Las lesiones detectadas en la niña son compatibles con lo que en medicina se denomina "shaken baby syndrome", que "comprende una serie de signos y síntomas causados por una sacudida y/o impacto violento en la cabeza del infante".

Testimonios en la causa dieron cuenta "de los reiterados llantos ininterrumpidos de la niña durante las noches y mañanas, la cantidad y gravedad de las lesiones vitales producidas en forma coetánea en su cuerpo (fracturas de cráneo, de los arcos costales posteriores, hematomas frontal y subdural, en hombro izquierdo y zona renal, entre otras), permiten presumir razonablemente que fueron provocadas por golpes o choques contra superficies duras y zamarreos y que los acusados actuaron con conciencia y voluntad de que, al menos eventualmente, la muerte sobrevendría al desplegar semejante fuerza sobre una niña de cinco meses".

El tribunal consideró que entre ambos padres "hubo una coautoría paralela, concomitante o conjunta, la cual no se distingue por la diferenciación de roles en el suceso criminoso ni por la presencia de un acuerdo previo".

"A ello debe sumarse que después de consumado el delito, los progenitores habrían asumido un pacto de silencio", añade el fallo.