¿Cambio de ciclo en commodities?
Por Germán Fermo *
No es novedad comentar que en todas las clases de activos financieros existen ciclos de largo plazo y miniciclos de corto plazo que pueden exhibir direcciones totalmente opuestas. Respecto al largo plazo, parecería ser bastante claro que el crecimiento asiático sin dudas está para quedarse por décadas enteras, lo cual es una excelente noticia para todas aquellas economías que sean exportadoras netas de commodities ya sean minerales, energéticas o alimenticias.
El crecimiento asiático está cambiando el mapa mundial al punto tal de ser hoy China la segunda economía más grande del planeta, tras superar en el 2011 a Japón, que ahora se ubica en tercera en línea. Este crecimiento económico está cambiando sustancialmente los niveles de ingresos promedio en las principales economías de Asia y esto se traduce en una ciudadanía más rica y demandante entonces de mejores casas (metales), mejores autos (energía) y mejor nutrición (alimentos). Este cambio de patrón ha generado un exceso de demanda crónica que probablemente se sostenga por décadas con un obvio impacto: suba formidable en el precio de casi todos los commodities.
Por lo tanto, si uno se quisiese concentrar en una tendencia robusta de largo plazo, digamos las próximas cinco décadas, no parecería difícil imaginar precios de commodities que sigan subiendo, más aun con una población mundial que continúa creciendo en forma acelerada poniendo un aparente y claro piso a todo tipo de commodity.
Pero, como decía el brillante Keynes: "En el largo plazo estamos todos muertos", por lo que sobrevivir a los embates del corto plazo se hace clave para cualquier individuo interesado en manejar carteras de activos financieros. En este sentido, la imagen de corto plazo puede ser totalmente distinta.
En el corto plazo, la pregunta relevante a hacerse es: ¿cuánta buena noticia está hoy descontada en el precio de commodities? Recordemos un detalle para nada trivial: el 13 de setiembre de este año la Reserva Federal de Ben Bernanke anunció su Tercer Ronda de Flexibilización Cuantitativa (QEIII), lo que implicaría una inyección adicional de dólares a razón de 40.000 millones por mes con un final abierto, en el sentido que la FED no explicitó cuándo finalizaría con esta nueva intervención monetaria en los mercados de deuda. Esto significa una vez más que habrá un dólar en exceso que irá a buscar bienes reales para evitar la licuación generada por la FED. La pregunta del millón, sin embargo, es: ¿está todo esto ya descontado en el precio de las commodities?
Sin dudas, los mercados vinieron anticipando este movimiento desde el único ajuste negativo que experimentaron los activos de riesgo en mayo de este año con un S&P cayendo más de 10 por ciento en un mes. Desde ahí y motivado preferentemente por constantes expectativas de QEIII, el mercado de riesgo global no paró de subir motivado por un optimismo altamente nominalizado y carente de fundamentos macroeconómicos relevantes.
Recordemos que hace sólo días, el Fondo Monetario Internacional actualizó hacia la baja sus pronósticos de crecimiento global para el 2012 y 2013. Por lo tanto, la imagen macroeconómica mundial es una caracterizada por crecimiento débil por mucho tiempo y eso no es bueno para commodities. Sin dudas, esta imagen de debilidad macroeconómica ha quedado relegada a un segundo lugar para un mercado que desde mayo de este año decidió superponer la distorsión monetaria esperada desde la FED por sobre cualquier realidad económica global. Y por lo tanto desde entonces, los mercados de riesgo han tenido una suba contundente, estrepitosa pero a la vez muy vacía de fundamentos y hasta por momentos irresponsable.
Los árboles no crecen hasta el infinito, tampoco los activos financieros. Y en este contexto la debilidad que han mostrado ciertos grupos de commodities en las últimas semanas bien pueden estar describiendo a un mercado un tanto cansado de tanto subir y que ante la imposibilidad de encontrar una nueva historia que permita seguir justificando subas se encuentre tentado a tomar ganancias en el corto plazo.
Es obvio que las commodities constituyen un rubro caracterizado por altísima volatilidad. Por citar algunos ejemplos: el cobre tiene una volatilidad implícita de 45 por ciento, el petróleo de 40 por ciento, la plata el 30 por ciento, el oro de 16 por ciento y así podríamos seguir con una lista contundente e interminable de activos con la capacidad de corregir agresivamente y sin aviso previo.
Como conclusión, la tendencia de largo plazo probablemente sea bullish (optimista) por las próximas décadas pero es de sustancial importancia tener presente que a pesar de estar transitando un bull market de largo plazo en commodities estas tendencias pueden exhibir mini-ciclos correctivos que pueden durar meses o años enteros. En esos mini-ciclos los ajustes pueden ser muy rápidos y violentos, en especial para un mercado que descontó todo lo que Bernanke tenía para ofrecer y, más aun, con una temporada de reporte de resultados en USA que lejos está de ser contundente.
(*) GERMAN FERMO es Ph.D. in Economics (UCLA) y director de la Maestría en Finanzas de la Universidad Torcuato Di Tella. Consultor Económico MacroFinance: www.germanfermo.com