‘En familia’, de Florencio Sánchez, en una lograda traslación escénica de Eva Halac

Una saludable herejía teatral

El enfoque de Halac incluye la entrega del personaje de la madre, habitualmente una matrona, a Monina Bonelli, una actriz menuda aunque imponente, de buen registro, que viene de lucirse ampliamente como Margaret Thatcher en ‘Hundan el Belgrano’, de Steven Bercoff.

"En familia", de Florencio Sánchez. Dirección: Eva Halac. Diseño de arte: Micaela Sleigh. Música: Sergio Vainikoff. Iluminación: Miguel Solowej. Actores: Ariadna Asturzi Monina Bonelli, Agostina Degasperi, Lucas Feraro, Michel Noher, Guillermo Pfenning, Gabriel Rivas, Crlos Scornik y Natalia Señorales. Complejo 25 de Mayo (Triunvirato 4444), viernes y sábados, a las 21 y los domingos, a las 20.

La obra ‘En familia’, de Florencio Sánchez, estrenada originalmente en 1905, volvió a la escena porteña, con una vigorosa interpretación dramática de la directora Eva Halac.

Texto que vuelve periódicamente a las carteleras, forma parte de los dramas urbanos de Sánchez, un anarquista de principios del siglo XX, alarmado ante las falsedades y la impostación de una clase media que se hundía en vicios y pobreza, mientras intentaba aparentar una situación de bonanza. 

Hay una familia porteña víctima de un padre jugador (Carlos Scornik), que no se inmuta al dilapidar el dinero de la comida en su vicio, una madre contenedora (Monina Bonelli), gracias a quien la casa se mantiene en pie, dos hijos inútiles (Michel Noher y Gabriel Rivas) y dos hijas ambiciosas (Agostina Degasperi y Ariadna Asturzi).

HIJO PRODIGO

El grupo está al borde del abismo cuando aparece otro hijo con su esposa (Guillermo Pfenning y Natalia Señorales), que ha logrado cierta fortuna trabajando en el sur y que está dispuesto a redimir a ese grupo, organizándolo y tratando de hacerlo vivir por sus propios medios.

La actitud del recién llegado tiene obviamente raigambres cristianas, el hombre corre el riesgo de verse avasallado junto con su matrimonio por su propia familia, y el asunto es planteado por Sánchez con una ironía ejemplar.

COMEDIA Y GROTESCO

Hasta el momento, ‘En familia’ había sido vista como un drama que desemboca en la tragedia y muchos directores se habían tomado el asunto con criterio arqueológico, quizá con la salvedad de Alberto Ure, que en 1996 intentó desacartonarla en el Cervantes con un equipo actoral heterogéneo.

Ese criterio tiene que ver con el tipo de teatro europeo naturalista que Sánchez emulaba en esta zona del mundo, incluso con influencias del verismo italiano que introducían en aquellos años intérpretes como Ermete Novelli.

Eva Halac, que a veces le erró a la tecla al rescatar obras añejadas, en este caso logra muy buen resultado al virar situaciones y personajes hacia un tono de comedia con ribetes de grotesco, que no hace perder el fondo
del asunto y que el público agradece.

Ese distanciamiento voluntario -que está subrayado por proyecciones de distintos ámbitos del teatro- destaca lo disolvente de esa situación familiar, cuyo embrión parte del concepto anarquista del autor. Lo notable de la pieza es la perdurabilidad de cierta idiosincrasia criolla en la que se sumerge ese medio pelo repleto de prejuicios, endógamo, cuyo sueño es vivir huyéndole al trabajo por más que la crisis se le venga encima.

El enfoque de Halac incluye la entrega del personaje de la madre, habitualmente una matrona, a Monina Bonelli, una actriz menuda aunque imponente, de buen registro, que viene de lucirse ampliamente como Margaret Thatcher en ‘Hundan el Belgrano’, de Steven Bercoff.

En el otro extremo, Guillermo Pfenning encaja perfectamente en el personaje del hijo salvador, con la justa dosis de enjundia y desamparo, que tiene en el padre interpretado por Carlos Scornik, casi una caricatura, un angustiante y odioso espejo.