Se suma Europa a la estrategia de la Fed de aplastar a los pesimistas

Desde 2008, Bernanke ha venido manipulando con maestría las expectativas de los mercados, al punto que los malos datos de la economía real ya no conmueven a nadie. Optimismo nominal para todo el planeta, es la extraña premisa.

Por Germán Fermo (*)
 
Estos últimos días han sido testigos de una marcada agresividad de los principales dos Bancos Centrales del mundo, en un intento más de impactar positivamente expectativas a través de una sustancial distorsión en el precio de los activos financieros.
 
Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo (BCE), anunció el jueves 6 de septiembre un programa agresivo de intervención en el mercado de bonos de la Europa PIIGS. Por su parte Ben Bernanke, presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed), sorprendió al mercado anunciando una muy agresiva Tercer Ronda de Flexibilización Cuantitativa (QEIII) y extendiendo el plazo de tasa de referencia en cero hasta mediados del 2015.
 
Comenzando con Bernanke en el 2008 y ahora con Draghi en el 2012, ambas autoridades monetarias comprenden claramente su rol en la crisis como amortiguadores de todo lo malo que proviene desde la economía real. El estado actual de cosas se intenta neutralizar sistemáticamente por medio de sucesivas distorsiones monetarias evitando claramente que los mercados financieros descuenten la gravedad del equilibrio actual. 
 
De esta forma, para un mundo con clara ilusión monetaria es fácil contagiarlo de optimismo nominal cuando los anuncios de cada paquete distorsivo se festejan instantáneamente reflactando activos financieros. Así fue la reacción con la que el mercado recibió tanto el anuncio del BCE, como el de la Fed. En este sentido, 2012 sin dudas ha sido el año del colapso nominal del riesgo sistémico, ser pesimista durante este año ha sido una experiencia altísimamente frustrante y perdedora.
 
FELICIDAD GLOBAL
 
Analizando la economía real existe una secuencia importante de eventos para al menos preocuparse y, por lo tanto, cargarlo en los precios de activos financieros. Los principales bloques del mundo muestran un débil ritmo económico y Europa con sus problemas de siempre, porque a pesar de la intervención anunciada del BCE, la esencia de la crisis europea está en el lado fiscal y de eso ni se habla, todo por el momento es felicidad global. Es más, Grecia podría necesitar en semanas un tercer tramo de salvataje ante una realidad macroeconómica que no mejora y sin embargo los mercados han decidido inmunizarse ante la realidad y operar solo en función del mundo nominal recreado por Draghi y en especial Ben Bernanke en lo que hasta ahora es un excelente manejo de expectativas del mercado por parte de la Fed.
 
El 2012 se ha convertido en el paraíso de los bulls (optimistas). ¿Qué más se les puede exigir a los principales Bancos Centrales del mundo? Se viene fin de año, se necesita el bonus y aquí están haciendo delivery como ha venido siendo el caso desde 2009. 
 
Estamos operando mercados financieros a los que virtualmente no se los deja caer, es más, parecería que con los nuevos anuncios de la Fed no sólo se intenta proveerle al mercado de un piso a la baja sino que además se intenta inducir un rally formidable hacia fines de año.
 
Europa acaba de anunciarle al mercado su plan: el OMT (Outright Market Transactions) que significa la compra de bonos europeos financiados con los dos fondos de los que actualmente dispone Europa (EFSF, ESM) que aproximadamente suman 650.000 millones de euros. Y la Fed de Bernanke anunció compras mensuales de 40.000 millones de dólares atacando esta vez al mercado de mortgage-backed-securities (instrumentos de renta fija con hipotecas subyacentes) en un claro intento de continuar deprimiendo las tasas largas y de esa forma inducir una recuperación más rápida del mercado inmobiliario norteamericano, principal debilidad actual de la macro en USA.
 
COMBATE DESPAREJO
 
Los bears (pesimistas) se han convertido en una especie en estado de franca extinción ante la imposibilidad de lucharle a un Banco Central con capacidad infinita de emisión monetaria. Es obvio que la economía real ha quedado muy relegada ante las variadas formas de intervención que los distintas autoridades monetarias del mundo han diseñado desde 2007 y su creatividad lejos está de haber culminado.
 
El razonamiento prevaleciente en el mercado es altamente primitivo pero al mismo tiempo comprensible: ¿para qué vender si detrás se viene un tsunami monetario de algún Banco Central? Apostarle negativo a este mercado es ponerle el pecho a un Banco Central: grave error. Desde 2009, ser pesimista a mediano plazo ha sido la peor estrategia a seguir. Estar largo riesgo global siempre pagó y eso se refleja entre otras cosas, en el colapso del VIX (índice de volatilidad).
 
Y no está nada mal que así lo hayan hecho los principales Bancos Centrales del mundo. En un mundo en crisis se hace indispensable considerar la intrínseca inestabilidad del sistema. Casi de golpe, el sistema puede tornarse explosivo y para ello basta recordar que Grecia en 2010 fue capaz de producir el histórico Flash Crash con el S&P colapsando hasta 9% en menos de diez minutos. También fue el país helénico quien en el 2011 llevó al SPY a niveles críticos de 107,8 en el intradiario para verlo hoy en 147. Y ni hablar de lo que la bolsa en España descontó en los primeros meses de 2012.
 
Este mercado siempre tiene guardada una potencial bazooka destructiva que para que no vuelva a despertarse es necesario adormecerla, digamos, cada seis meses con un renovado paquete distorsivo.
 
Paciencia, esto durará años enteros, lo importante es siempre estar posicionado en activos que protejan ante esta evidente, sistemática y necesaria licuación monetaria mundial.
 
* Ph.D. in Economics (UCLA) y director de la Maestría en Finanzas de la Universidad Torcuato Di Tella. Consultor Económico MacroFinance: www.germanfermo.com