Crítica: "Salvajes" un melodrama mexicano contado por Oliver Stone, con buenos actores

Los juegos más sanguinarios

Es una película "clase B", con el formal estilo de Oliver Stone. Para entretenerse con sangre, sol y violencia, lindos paisajes, la idea de que la droga será un peligro mientras sea ilegal y mucho sonido tropical y desiertos de ocasión.

"Salvajes" (Savages). Estados Unidos, 2012. Dirección: Oliver Stone. Guión: Shane Salerno, Don Winslow y Oliver Stone. Fotografía: Daniel Mindel. Música: Adam Peters. Actores: John Travolta, Benicio del Toro, Salma Hayek, Taylor Kitsch, Blake Lively y Aaron Taylor-Johnson. Presenta: UIP. Duración: 130 minutos. Calificación: Para mayores de 16 años.

El director Oliver Stone supo dirigir inolvidables filmes como "Pelotón", o "Wall Street". Pasó el tiempo y el cineasta incorpora otras inquietudes estéticas y su golosina preferida: la violencia.
 
Las primeras escenas acercan al espectador a Laguna Beach, en California, un paraíso de olas impresionantes, sol que quema chicas bellas y surfers musculosos. Súbitamente aparece el horror de los "críticos virtuosos", el relato en off, Ofelia (Blake Lively) narra sus aventuras amorosas que terminaron por juntar dos países a través de la violencia y la droga. 
 
Ofelia comparte amigos y amantes: Chon (Taylor Kitsch), ex Afganistan y Ben (Aaron Taylor-Johnson), un universitario budista. Ellos comercian droga de la buena, algo así como marihuana "en colores", angelicalmente pura. Chon sabe en qué está metido y puede llegar a la muerte por defender su mansión, su chica, sus deseos.
 
Ben cree que la droga de alta pureza atempera enfermedades y hace la vida mejor. Súbitamente la soleada
Laguna beach ensombrece, aparece gente de un cartel mexicano. Los muchachotes de Elena (Salma Hayek), una suerte de Madrecita de los carteles, tan sangrienta como el peor de sus sicarios. Y les exige parte del negocio a los muchachos de California.
 
CABEZAS FLOTANDO
 
Lo que sigue, una pileta de natación con señores despanzurrados y cabezas flotando.  "Salvajes" es salvaje de verdad, brutal, bella estéticamente por la fuerza de las imágenes de Oliver Stone, que puede estereotipar personajes, pero exprime la imagen hasta sacar lo mejor de ellas. Hay muertes, violencia, sadismo, algunos momentos de diálogos audaces, secuestros, los traficantes mexicanos "sucios, feos y malos", los "dealers del Norte", ingenuos unos, violentos otros, pero muy bellos. Casi un melodrama mexicano pero en colores, con una de las mejores bandas de sonido de los últimos tiempos, galancitos, heroína sexy, dos personajes que se roban la película, la Hayek y el brutal Lado (Benicio del Toro) y Demián Bichir, una revelación en el papel de Alex, ayudante de Elena.
 
"Salvajes" es una película "clase B", con el formal estilo de Oliver Stone. Para entretenerse con sangre, sol y violencia, lindos paisajes, la idea de que la droga será un peligro mientras sea ilegal y mucho sonido tropical y desiertos de ocasión. A los mencionados hay que sumar a John Travolta (Dennis), como un corrupto agente de la
DEA.
 
Calificación: Buena