Crítica: "El legado de Bourne" tiene logradas actuaciones de Jeremy Renner y Rachel Weisz

Con la máscara del superhéroe

"El legado de Bourne" sin Bourne, entretiene, habrá que ver si este Aaron Cross, personificado por el californiano Jeremy Renner, puede ponerse a la altura de los superhéroes de un escritor como Robert Ludlum, el verdadero creador de Bourne.

Ficha técnica:
"El legado de Bourne" (The bourne legacy). Estados Unidos, 2012. Dirección: Tony Gilroy. Guión: Tony y Dan Gilroy, basado en la novela de Eric van Lustbader y en los personajes literarios de Robert Ludlum. Fotografía: Robert Elswit. Música: James Newton Howard. Actores: Jeremy Renner, Scott Glenn, Stacy Keach, Edward Norton y Rachel Weisz. Presenta: UIP. Duración: 133 minutos. Calificación: Para mayores de 13 años.
 
Que nadie se confunda. Hasta la anterior "Bourne: el ultimátum" (2007), todas las historias giraban en torno al agente de la memoria perdida llamado así, Bourne. Ahora en este "legado" hay un tal Aaron Cross (Jeremy Renner), del mismo tipo físico del anterior (papel que hacía Matt Damon), quizás un poco más sonriente, también "intervenido" para ser algo así como un Superman, sin dolores, sin cansancio (eso sí, sin poder volar), ideal para las misiones locas que le encomienda el Departamento de Defensa norteamericano. 
 
Justamente la historia se centra en los "chems", drogas de diseño que pueden modificar el comportamiento del hombre y que en manos de enemigos puede ser un arma letal. Va a haber de todo, para impedir que esos peligrosos instrumentos de programas, diseñados para modificaciones humanas, caiga en manos de gente "incorrecta".
 
La película de Tony Gilroy tiene buen ritmo, que tarda en despegar. Recién a los cuarenta y cinco minutos el filme se transforma en lo que uno espera de una producción que lleva el nombre de Bourne.
 
LAS PERSECUCIONES
 
Destrozos a mil, fiesta de efectos especiales, aviones que estallan, persecuciones locas (la vedette es una de motos, imperdible, casi en el final, capaz de sacar al espectador de su butaca en algún giro brusco) y una matanza en la mejor tradición del cine negro, con un científico sumido en la locura haciendo blanco en colegas médicos, en ambiente aséptico.
 
Esta es una de las producciones estadounidenses que vienen como derivadas de éxitos seguros, caso "El hombre araña", "X Men". Ellos la llaman sofisticadamente "reboot", nosotros ya conocíamos la técnica como "refrito", la misma con otra envoltura. En este caso son similares situaciones de efecto, enloquecidas corridas, espionaje y contraespionaje, pastillas mágicas cuyo efecto se puede parar buscando virus vivos que, por supuesto van a estar en algún lugar de Oriente, en este caso Manila y un superhéroe: Aaron Cross (Jeremy Renner), que en esta historia tiene al lado a una linda compañera médica, de nombre Marta Shearing (Rachel Weisz). 
 
"El legado de Bourne" sin Bourne, entretiene, habrá que ver si este Aaron Cross, personificado por el californiano Jeremy Renner, puede ponerse a la altura de los superhéroes de un escritor como Robert Ludlum, el verdadero creador de Bourne. 
 
Calificación: Buena