Crítica: ‘Desmadre’ es una lograda comedia sin concesiones sobre la adolescencia

Una chica un poco a la deriva

Con esta película la actriz Jazmín Stuart se pone detrás de la cámara y para hacerlo eligió a Juan Pablo Martínez, que tiene experiencia en cine, y el resultado es por momentos sorprendente porque la película se vuelve cautivante a través de su protagonista, una estupenda y convincente Florencia Otero.

Ficha técnica:

‘Desmadre’. Argentina, 2012. Dirección y guión: Jazmín Stuart y Juan Pablo Martínez. Fotografía: Adrián Lorenzo. Música: Sebastián Escofet. Actores: Florencia Otero, Claudia Fontán, Luz Cipriota y Arturo Goetz. Presenta: Primer
plano. Duración: 105 minutos. Calificación: Para todo público.

Carla (Florencia Otero) tiene diecinueve años y se mueve un poco sin sentido en la vida. Vive en la casa del ex marido de su madre y en apariencia no estudia ni trabaja. Solo se reúne con amigas y amigos, va a fiestas,
consume drogas y alcohol y parece bastante apática frente al futuro.

Ella es la protagonista de esta comedia que retrata la adolescencia por momentos de un modo ácido y hasta cruel.

EL MUSICO

En apariencia la protagonista parece alejada de los chicos de su edad que comúnmente se conocen, pero a medida que avanza el metraje, el espectador se da cuenta que ella, en definitiva es como cualquier otra.

Porque la muchacha reclama afectos paternos y maternos ausentes, y alguien que la quiera, o le indique el norte al que dirigirse, mientras todos los que la rodean parecen querer fugarse de algo.

Un día Carla está en la casa del ex marido de su madre, cuando un joven empleado de la empresa del hombre llega y le despierta un real interés.

El muchacho (Nazareno Casero) trabaja y tiene un grupo de rock. Dice que en su filosofía de vida está ganar dinero a través de un trabajo y tener su pequeño departamento en el que pueda hacer lo que quiera. Carla escucha al chico con cierta indiferencia pero por alguna razón se interesa en él. Lo contrario sucede con su madre, quien vuelve a Buenos Aires desde Europa después de haberse enterado de que intentaron secuestrar a su ex marido.

A partir de ese momento entre Carla y su madre se produce un constante cortocircuito, a pesar de que ninguna niega el cariño que se tienen. Finalmente, la muchacha va a un recital de su nuevo amigo y el final queda abierto.

Con esta película la actriz Jazmín Stuart se pone detrás de la cámara y para hacerlo eligió a Juan Pablo Martínez, que tiene experiencia en cine, y el resultado es por momentos sorprendente porque la película se vuelve cautivante a través de su protagonista, una estupenda y convincente Florencia Otero.

Con un guión que por momentos parece algo confuso, se destacan las muy buenas actuaciones de Claudia Fontán y Nazareno Casero.

La estética del filme juega entre lo retro y lo moderno y permite mostrar a un grupo de adolescentes desde una visión actual y realista.

Calificación: Buena