LA RESERVA FEDERAL ACTUA COMO SOSTEN DE ULTIMA INSTANCIA DE LOS PRECIOS DE LOS ACTIVOS

Los cisnes negros de la Gran Crisis y el nuevo shock monetario de la Fed

Los llamados "puts gratis de Bernanke" los financia el mundo entero dado que esta generosidad monetaria genera inflación global y licuación de riqueza en términos reales en todas las esquinas del planeta.

Por Germán Fermo (*)

La crisis acostumbró a padecer de eventos extremos con consecuencias devastadoras en el precio de los activos, lo que se conoce como cisnes negros (proveniente del término inglés black swans). Algunos ejemplos son la quiebra de Lehman Brothers, el Flash Crash de 2010 cuando el Dow Jones bajó casi 10 por ciento en minutos, la baja en la calificación de Estados Unidos en el 2011 con un lunes negro siguiente al anuncio cerrando el S&P en -7 por ciento.

Desde el comienzo de la crisis los mercados se caracterizaron por exhibir un permanente estado de inestabilidad en donde nunca se sabe qué evento será el desencadenante del próximo desastre.

En este contexto, los Bancos Centrales del G10 han jugado un rol de sustancial importancia como distorsionadores monetarios de esta realidad internacional, intentando contrarrestar el poder devastador de los cisnes negros a través de shocks monetarios.

La Reserva Federal de Estados Unidos (Fed), el estereotipo de esta crisis como distorsionador monetario, comprendió muy bien lo indispensable que es anclar expectativas luego de observar lo que la quiebra de Lehman Brothers le propinó a los mercados y a la economía real.

PLATA DULCE

El miércoles pasado la Fed realizó un nuevo anuncio de política monetaria. Bernanke sorprendió a los mercados anunciando que el compromiso de mantener tasas en cero hasta mediados del 2013 era extendido ahora hasta "al menos fines del 2014".

Además, sugirió la posibilidad de una Flexibilización Cuantitativa III o sea, más emisión gigantesca de dólares. La razón es que la Fed considera que el sendero de recuperación de Estados Unidos sigue siendo muy frágil por lo que requiere aún una política monetaria muy laxa.

En una coyuntura explosiva como la actual, lo que le devuelve estabilidad a los mercados es la expectativa de que la Fed actúe como sostén en última instancia del nivel de precios de activos. Si los precios están tranquilos, eso se traduce en expectativas positivas y en una mejor economía real. Esto convierte al accionar esperado de la Fed en un seguro automático ante eventos catastróficos, lo que en la jerga de mercado se conoce como "el Put gratis de la Fed".

Los puts son opciones que dan el derecho de vender a un precio fijo por lo tanto si un inversor compra un put y luego de hacerlo el mercado colapsa ese put lo protegería dado que podría vender activos a precios más altos que los de mercado, este derecho tiene un costo en el sentido que esos puts no son gratis.

Sin embargo, a los "puts gratis de la Fed" no los paga el inversor sino que son seguros conferidos libremente por el Banco Central de Estados Unidos. Si algo sale mal la Fed impide que los precios de los activos quiebren ciertos niveles mínimos operando como un seguro contra la baja. Lo interesante es que a estos puts gratis los financia el mundo entero dado que estas acciones monetarias generan inflación global y licuación de riqueza en términos reales en todas las esquinas del planeta.

LOS NECIOS

La diferencia entre el accionar de la Fed y el Banco Central Europeo (ECB) no podría ser mayor. El 2010 y 2011 nos demostraron que Europa subestima el rol desestabilizador de los cisnes negros y de lo indispensable que es tener la percepción de un ECB listo para actuar con un misil monetario al estilo Ben Bernanke: la Fed necesita un socio en Europa pero éste no aparece. Europa en sí misma se convirtió en el cisne negro que más preocupó a los mercados durante el 2011 con los PIIGS y un sistema financiero europeo en estado de inestabilidad cotidiana.

Es cierto que las distorsiones monetarias generan enormes problemas de incentivos pero la crisis obliga a los hacedores de política a elegir entre la menos peor de las decisiones. El momento de discutir sobre lo óptimo ciertamente no fue el 2011 y tampoco lo será el 2012. Se debieron haber discutido estos temas diez años antes cuando era el momento de ser ortodoxo.

La reacción que el mercado esperaba desde Europa para instrumentar un fondo de recompra de bonos de deuda PIIGS lo suficientemente grande como para cortar la tendencia de suba de yields no se ha implementado todavía. Esto no solucionaría un problema que a Europa le llevará una década al menos encaminar pero compraría tiempo, un tiempo que es esencial cuando se navegan períodos de altísima inestabilidad.

Lo que Europa no quiere entender es que otro evento Lehman Brothers puede generarse sólo vía expectativas: el cisne negro puede ocurrir como consecuencia de un mercado que pierda la paciencia en la indecisión europea, que especule con una catástrofe y venda en consecuencia deuda PIIGS violentamente generando una estrangulación en la capacidad de financiamiento de corto plazo. Ante esta constante inacción europea la Fed vuelve a sorprender el miércoles pasado anunciando medidas monetarias muy agresivas.

El 2011 nos dejó sin una sola solución relevante desde Europa y el mercado comenzó muy optimista un 2012 lleno de problemas no resueltos de un bloque que a esta altura de la crisis no quiere sincerarla para con sus ciudadanos ni asumir su rol de líder mundial. Si el mercado vuelve a perderle la paciencia a Europa veremos otra secuencia más de cisnes negros versión 2012 a menos que la Fed siga sorprendiéndonos con shocks monetarios.

(*) Ph.D. in Economics (UCLA) y director de la Maestría en Finanzas de la Universidad Torcuato Di Tella.