En busca de la independencia

La identidad como eje en la trama policial del libro "El carro de la muerte". La nueva novela de Mercedes Giuffré es la tercera de una saga de cinco. La historia se sitúa en la Buenos Aires de 1806, antes de la rendición de los invasores ingleses. El protagonista es un justiciero médico escocés.

La novela "El carro de la muerte", enmarcada en el Virreinato del Río de la Plata, es la tercera de una saga de cinco libros de la joven escritora Mercedes Giuffré, en la que plantea -en una estructura de policial clásico- "una introspección y una búsqueda identitaria".

Publicada por Suma de Letras, esta novela es la continuación de "Deuda de sangre" (2007) y "El peso de la verdad" (2010) y se sitúa en la Buenos Aires de 1806 cuando la ciudad se encuentra bajo las órdenes de Santiago de Liniers y en vísperas de la rendición inglesa.

La resistencia organizada ante una nueva invasión y las disputas de poder sobre el virreinato completan el escenario donde una serie de crímenes contra esclavos se desata con furia y saña.

Las investigaciones y las revelaciones de los misterios tras las muertes las lleva adelante el justiciero médico cirujano de origen escocés e hijo de españoles Samuel Redhead, un hombre valiente e inteligente que protagoniza la saga de libros de Giuffré y con quien confiesa "tener una relación simbiótica".

LA IDENTIDAD PERDIDA

Para la autora, la utilización de la estructura policial remite a "la búsqueda y a la indagación que sirve para descubrir quiénes somos en el presente. Por eso la fusioné con la novela histórica".

La génesis de esta saga negra literaria de corte nacional comenzó hace varios años, con una taza de café de por medio, una pila de exámenes para corregir y un background abultado de lecturas sobre la colonia, el Virreinato del Río de la Plata y las invasiones inglesas.

"Se instaló en mi cabeza este personaje complejo de Samuel Redhead, tuve que dejar lo que estaba haciendo y me puse a escribir. Venía elaborando la idea de cómo se despertó la conciencia de independencia en el Río de la Plata y la saga está muy relacionada con eso", cuenta Giuffré.

Pero el momento en que a ella "le baja" esta idea fue durante una Argentina post 2001 donde "nos replanteábamos muchas cosas, estábamos muy desorientados y creo que en esos períodos de tormenta está bueno recordar de dónde venimos y cuál era la idea de nuestros antepasados", sostiene.

Y sigue inmersa en la idea: "Necesitaba buscar en el pasado un hilo conductor con el presente". Aunque aclara que "el pasado en sí mismo como cosa terminada no me interesa, no soy historiadora".

Esta utilización del pretérito no es fiel, ni la novela es histórica para Giuffré, ni los personajes reales son protagonistas, sino que "acompañan el misterio" de esta trama policial.

Así, Redhead protagoniza toda la saga y resuelve distintos casos, a la manera de los personajes admirados por la autora como el inspector de policía Kurt Wallander del sueco Henning Mankell o el afamado Hércules Poirot de Agatha Christie.

"Con "El carro de la muerte" se conoce más la vida del protagonista que había quedado abierta en muchos aspectos, entonces sentí el llamado de terminar con eso", admite la autora.

Y como a todo escritor que se enamora de su personaje construido, se presenta la inminente necesidad de darle más vida, más pasado y por qué no, amor. Esa fue una de la misiones de Giuffré en este tercer tomo, y Redhead, por fin, toma las riendas de su propia historia y de lo que será su futuro.

"Pasamos tantas horas juntos que hay un momento en que extraño el personaje", revela la escritora. "Es producto de un tipo de mestizaje de distintos pueblos europeos y es un injerto acá donde entra en contacto con otras etnias -describe, con gente que en el fondo tienen la misma problemática que él: la identitaria. Son los que se preguntan ¿quiénes somos?, ¿hacia dónde vamos?, ¿qué queremos?".

PERSONAJE OLVIDADO

Según investigó la escritora, en la realidad rioplatense existió un cirujano con el mismo apellido (Joseph Redhead) que acompañó a Manuel Belgrano en las campañas del Ejército del Norte y lo asistió en su muerte, luego "viajó a Salta y fue el médico personal de Martín Miguel de Güemes, es un personaje que quedó olvidado de la historia".

"Su" Readhead, pelirrojo como su nombre lo indica o "cabeza de fuego" como lo llaman los africanos, "respeta una ética y un código que a veces no es el compartido por todos. Se rige por la búsqueda de justicia" que no siempre tiene asidero en el resto de los personajes, de hecho en un principio sólo a él lo desvelan los asesinatos de los esclavos.

Samuel -como su creadora- en momentos de crisis y cambios "busca códigos comunes y un norte de justicia". Ambos también, uno como justiciero, la otra como escritora, se plantan desde la "individualidad" en una comunidad que los rodea.

La incorporación ineludible de los negros africanos esclavizados en la novela no es nada casual, incluso el protagonismo que tienen se remite a la idea que introduce Giuffré sobre la identidad.

"Los esclavos fueron bastante olvidados por la serie de mitos identitarios que nos fuimos construyendo. Hay gente que no sabe que hoy hay descendientes de esclavos, aunque muchos desaparecieron visualmente existe una fuerte presencia en la cultura, en la música, en el vocabulario y en el tango", cuenta Giuffré.

"Me pareció interesante incorporarlos en la trama para desmitificar la idea instalada de la negrita que vendía contenta la mazamorra. La esclavitud tanto en el Río de la Plata como en el Caribe fue terrible, eran esclavos y nadie puede ser feliz siendo esclavo", concluye la autora de "El carro de la muerte".