"LA PIVELLINA" SENSIBILIDAD Y TALENTO EN UN FILME INUSUAL

Sensibilidad y talento

Cámara en mano, plano secuencia, imágenes neorrealistas pero austeras a lo Dardenne, casi bressonianas, duras pero rebosantes de amor, sin falsos efectismos, convergen en la obra de dos talentosos creadores, Tizza Covi y Rainer Frimmel.

Ficha técnica:
"La pivellina" (La pivellina). Coproducida entre Italia y Austria, 2009. Dirección: Tizza Covi y Rainer Frimmel. Guión: Tizza Covi. Fotografía: Rainer Frimmel. Actores: Patricia Gerardo, Asia Crippa, Tairo Caroli y Walter Saabel. Presenta: Zeta Films. Duración: 100 minutos. Calificación: Para todo público.

La voz de la Patty buscando a su perro retumba al grito de "Ercole, Ercole!!!". Y uno duda cuando ve a la mujer de espalda, portadora de una pelambre roja, la única que alegra la escena inicial de "La pivellina", filmada donde el turista nunca llega, donde sólo algunos se aventuran y hasta viven.

Digo "duda", porque esta mujer es Ana Magnani renacida, una diva sublime de los "50 que el cine admir en clásicos como "Roma, ciudad abierta". Pero esta Patty de la historia, trabajadora en un circo ambulante, que busca a su perro, encuentra una beba. A partir de ese momento, el foco pasa a la "pivellina" del título, que porta una foto rota y un papel, donde su madre pide que la esperen, que ella va a volver.

CIRQUEROS

A partir de ese momento, el espectador sigue a estas mujeres y se mete con ellas y su gente, la que vive en trailer, los cirqueros, payasos, tiradores de dardos, amaestradores de animales. Pueden ser un adolescente como Tairo, especie de hijo adoptivo de la Patti, o el alemán, puntilloso y ordenado, compañero de "la Roja", que le advierte a la mujer el peligro de guardar una beba desconocida, porque los pueden acusar de rapto y de vaya a saber que cargos.

Mixtura donde el documental deja paso a la ficción (la Pati y Walter son como en el filme, auténticos trashumantes de circo, habitantes de casa rodante), estos momentos con la "pibita" van más allá de la historia. Hablan de la infancia en peligro, de la solidaridad, de una "Italia profunda", donde se sobrevive. Y de un tema que apunta, de alguna manera, al muy cuestionado de la adopción por parte de parejas homosexuales. El tema de "la familia diferente".

NUEVOS DESAFIOS

La que indefectiblemente, deberá formarse más allá de situaciones límites, nuevos desafíos de un mundo globalizado y mutante, de inmigración e irresueltas situaciones de pobreza y droga.

"La pivellina" es un testimonio sensible de que el amor y la educación de un niño puede lograrse aún en situaciones de conflicto. Que quizás no importe tanto un trabajo estable o una célula de dos para formar una familia, que si existe la dignidad, el amor y la ética, todo puede ser posible.

Cámara en mano, plano secuencia, imágenes neorrealistas pero austeras a lo Dardenne, casi bressonianas, duras pero rebosantes de amor, sin falsos efectismos, convergen en la obra de dos talentosos creadores, Tizza Covi y Rainer Frimmel y en cuatro seres increíbles, desde la Magnani roja y dispuesta de nombre Patti, hasta ese prodigio de expresividad llamado Asia Crippa, que cumplió dos años durante la filmación. Sin olvidar la madurez del adolescente Tairo Caroli, o la bohnomía de Walter Saabel.

I. C.