La agrupación de profesionales verificadores aseguró que en la Ciudad hay más de 100.000 elevadores sin controlar

"Estamos en el prólogo del Cromañón de los ascensores"

"La Ciudad tiene un organismo propio de contralor, que no es ineficiente, pero no puede controlar semejante cúmulo de ascensores", reveló el ingeniero Néstor Ferdkyn, miembro de la entidad AgrupPV.

Miembros de la Agrupación de Profesionales Verificadores (AgrupPV) aseguraron que en la Ciudad de Buenos Aires, donde hay más de 100.000 ascensores, nadie está verificando su correcto funcionamiento y que se está a las puertas de "otro Cromañón" en ese aspecto.

"Estamos en el prólogo del Cromañón de los ascensores. La Ciudad tiene un organismo propio de contralor, que no es ineficiente, pero no puede controlar semejante cúmulo de ascensores", reveló el ingeniero Néstor Ferdkyn, miembro de la entidad capitalina.

"Es tal la desidia, que en el segundo piso del hall central de la Legislatura hay un ascensor que no se puede abrir desde adentro: para salir hay que pasar la mano a través de un panel roto y abrir desde afuera. Si lo llaman desde otro piso, uno puede perder la mano", contó la arquitecta Eva Lilian Rodríguez.

La AgrupPV es una organización civil sin fines de lucro con personería jurídica en trámite, conformada por arquitectos, agrimensores, ingenieros y maestros mayor de obra, 140 de los cuales se especializan en electromecánica, lo que comprende ascensores, montacargas y escaleras mecánicas.

Estos profesionales actúan como personal de registro del gobierno porteño como verificadores, aunque son independientes. Pero en abril de 2007 la Ciudad dejó de convocarlos y recién ahora recomenzó a hacerlo, aunque sólo a razón de 20 ascensores por mes, es decir, a un ritmo de 240 por año, en una ciudad con más de 100.000 elevadores.

"De los 120.000 ascensores que presumimos que existen, porque ni siquiera están censados, hay solamente 30.000 registrados y de éstos, sólo el 50% cumple con las disposiciones. Cada vez que subimos a un ascensor, jugamos a la ruleta rusa", dijo Rodríguez. Fuentes del Gobierno de la Ciudad admitieron días pasados que "sólo hay 11 inspectores para 150.000 ascensores en toda la ciudad".

Al respecto, la arquitecta Rodríguez advirtió que "los inspectores deben ser ingenieros electromecánicos y sólo tenían dos.

Ahora, según dicen, tienen once, pero tendrían que estar haciendo 450 inspecciones por día, lo que es irrealizable". En el caso de los consorcios, que contratan con empresas conservadoras a técnicos que mes a mes hacen una visita, ambos profesionales aseguraron que "esto tampoco es garantía de nada".

"Hay una normativa muy difícil de cumplir, porque se encierra en sí misma entre el administrador del consorcio y la empresa conservadora, pero nadie verifica que esto se cumpla. La empresa firma su visita, pero hace una advertencia en un libro rubricado que queda en la casa del encargado y que sólo lo lee el consejo de administración", amplió el ingeniero Ferdking. "Pero nadie está verificando lo que dice el libro, porque el Estado no tiene ganas de constatarlo.

La firma en la cartelera del ascensor sólo anuncia que el técnico pasó. En el libro puede haber puesto que alguien se puede morir y que hay que clausurarlo, pero el técnico no puede clausurarlo porque no tiene poder de policía", explicó Rodríguez.

"El otro problema es que muchos consorcios se vieron atosigados por empresas deshonestas que hacían figurar fallas donde no las había, para cobrar más, y entonces los administradores comenzaron a limitar esos gastos sin medir que está en juego la vida de mucha gente", agregó.

Rodríguez y Ferdkyn dijeron que desde septiembre intentan ver al jefe de Gobierno, Mauricio Macri, sin lograr ser recibidos.

En una reunión con Federico Young, jefe de la Agencia Gubernamental de Control, éste "nos dijo que el Estado no es responsable de lo que ocurra con los ascensores privados y que por tanto no tiene por qué verificarlos, lo que es una locura".

No obstante, según el ingeniero Ferdking "lo que ocurre en los organismos del Estado es más grave todavía porque concurre mucho público: en el Edificio del Plata, por donde pasan 20.000 personas por día, tampoco hay en estos momentos ningún control", aseguró.

La arquitecta Rodríguez anunció que la AgrupPV presentará "un proyecto para crear un cuerpo de profesionales verificadores, más allá de quién esté de turno en el gobierno, para que se instaure por ley esta figura, que permita acabar con esta peligrosísima situación que viven a diario muchos porteños".