En el cierre de un mitin apoteósico, el senador negro invitó a un cambio histórico­

Ante una multitud, Obama­ clamó: 8 años es suficiente­

El vibrante discurso del candidato a la Casa Blanca cerró la Convención Demócrata. Un estadio completo lo ovacionó como si fuese una estrella de rock.­ ­

Denver - En el discurso más importante de su meteórica carrera política, Barack Obama invitó anoche al pueblo de Estados Unidos a dar vuelta de página. "Somos mejores que estos últimos ocho años. Somos un mejor país que el invierno de George W. Bush'', resaltó ante una electrizada multitud de casi 80 mil personas que lo aclamó en el estadio de fútbol americano de Los Broncos.

"Estamos ante uno de esos momentos definitorios: nuestra nación está en guerra, nuestra economía está en turbulencias y la promesa estadounidense de un futuro mejor ha sido amenazada una vez más'", añadió recalcando el leimotiv de la oposición en esta campaña: es el momento de hacer historia y "enviar al basurero las políticas fracasadas de Bush''.

"El 4 de noviembre tenemos que ponernos de pie y decir: ocho años es suficiente'",  insistió el senador por Illinois que hace sólo ocho años era un don nadie que ni siquiera conseguía un pase para la Convención Demócrata de 2000.

Vestido con traje azul, corbata bordó a rayas y camisa blanca, Obama habló desde un escenario apoyado por columnas griegas, en el aniversario número 45 del discurso en el que Martin Luther King declaraba: ``Yo tengo un sueño''. Ese fue, justamente, el espíritu que predominó en el mitin en el Invesco Field.­

­ESPECTACULAR­

Tal como se preveía, el cierre de la Convención Demócrata 2008 en la capital de Colorado "fue espectacular". El primer candidato de raza negra a la Casa Blanca con posibilidades de ganar prefirió aceptar su designación ante una muchedumbre de fanáticos, como si se tratase de una estrella de rock.

La tradición indicaba que debía hacerlo ante los 4.200 delegados que fueron electos en la feroz interna que lo enfrentó con Hillary Clinton.

Obama agradeció a Hillary por su inspiración y la calificó de "gran defensora de la clase trabajadora estadounidense".

El discurso de aceptación de la candidatura no sólo llegó a los estadounidenses por televisión en el horario de máxima audiencia. También fue transmitido a todo el mundo.

"Yes, we can" ( Sí ­nosotros podemos!), coreó la multitud entre música y baile al darle la bienvenida a Obama. Un tapiz de carteles con la palabra "change" (cambio) cubría el césped. Muchos curtidos delegados, literalmente, lloraban. Hubo un impresionante cierre con fuegos artificiales.­

­ROOSEVELT E IRAK­

El senador negro, de 47 años, recordó los buenos tiempos económicos de Bill Clinton y definió a su rival republicano, John McCain, como el candidato de los ricos.­

También buscó aliviar cualquier preocupación que pudieran tener los estadounidenses sobre que no estaba preparado para ser comandante en jefe de las fuerzas armadas o que los demócratas no eran tan confiables como los republicanos en materia de seguridad nacional.­

"Somos el partido de Roosevelt. Somos el partido de Kennedy. Así que no me digan que los demócratas no defenderemos este país. No me digan que los demócratas no nos mantendrán seguros", recalcó.­

"Como comandante en jefe -continuó-, nunca dudaré en defender este país, pero solamente pondré tropas en peligro con una misión clara y un compromiso sagrado de darles el equipamiento que necesiten en la batalla y el cuidado y los beneficios que merecen cuando vuelvan a casa", en referencia a la desastrosa campaña de Bush en Irak.­

Obama apuntó además sobre la economía y prometió que sentará  las bases para cancelar la dependencia petrolera estadounidense en diez años. "Es el momento de acabar con la adicción", expresó en el discurso.­

­LATINOS­

Justo antes que Obama, habló el gobernador hispano de Nueva México, Bill Richardson, reflejando la importancia que el Partido Demócrata le asigna a la minoría más importante de Estados Unidos con 45 millones de votantes potenciales.

Otro discurso vibrante de la jornada fue el de Al Gore, quien denunció que los defensores del status quo "están desesperadamente temerosos del cambio que Barack Obama representa".­